Ana estaba colocada casi como Gioconda, tal cual bella pintura, aquí fotografiada en lugar de por pinceles del gran Leonardo por un vulgar y tecnológico Sansumg. Más lo importante es ella y el enigma que desprende ambas sonrisas, dos Mona Lisa de la edad moderna y el Renacimiento. Hoy, la nuestra, Ana, cumple años y no siglos, de ahí que sea más cercana. Felicidades
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