- ARCADI ESPADA
Hace unas semanas Libres e Iguales, colectivo del que formo parte, pidió a unos centenares de miembros de la élite española que grabaran un vídeo diciendo Viva el Rey. El sentido de la iniciativa era, primero, la distinción semántica: que al menos uno viva en la España moribunda del muera. Luego, la cordialidad y la política: Felipe VI pasa por un momento familiar difícil y la Institución también. Motivos para defender a este Rey hay varios y uno especial: en octubre de 2017 no se puso del lado de los golpistas. Como su padre había hecho lo mismo décadas antes, quizá sea genético. Razones doctrinales para la defensa de la monarquía hay algunas; la mía es la novedad de tener, hoy en España, a un político con estudios. La invitación a decir públicamente Viva el Rey fue unánimemente rechazada por sanchez y todo su Gobierno y de ahí abajo por toda la izquierda. Y también por algún torpe vanidoso de derechas. De modo que el vídeo ha cosechado un doble éxito: los que están y los que no acaban trazando un sutil join the dots del instante moral de las élites.
Simétricamente, al hacerlo público ha habido agradecimiento y rechazo. Y en el rechazo, dos motivos básicos. Uno lo representa bien la alcaldesa Colau, que tuvo ayer un ardor intelectual y se retrató: «El viejo mundo se muere. El nuevo tarda en aparecer. Y en ese claroscuro surgen los monstruos». Luego están los del flaco favor, que corean el bonitismo petimetre y tantos periodistas que entre la verdad y la mentira eligen siempre el unto medio. Libres e Iguales habría cometido el grave error de dejar al Rey en manos de la derecha. Es una crítica desconcertante. Precisamente, Lei, consciente de que la derecha ensucia todo lo que toca, trató por todos los medios de asegurarse la higiénica presencia de la buena gente. Escribió, llamó, insistió. «¿No veis que va a quedar feo?», suplicó. En Lei son muy cucos: en vez de quitar del vídeo a Santiago Abascal, como les pedían sin sonrojo, pretendían sumergirlo en un océano de belleza y buenas maneras. Pero la buena gente tenía otro plan. El mismo plan que tuvo en Cataluña, durante los años del apoderamiento nacionalista: no significarse. El verbo, exactamente, de mayor tirada en el franquismo y la razón de que Franco muriera en el cargo. No te signifiques. Su ideal habría sido que este vídeo del Rey no se hubiera hecho nunca. Pero no porque perjudique al Rey sino porque les perjudica a ellos; porque señala su dejadez cívica y la primacía de los negocios. Por fortuna en Libres e Iguales hay una mayoría de gente sensata y templada. Negro sobre blanco, y con su nombre y dos apellidos, habría pasado yo por el vídeo a todos los guapos insignificados. Por significantes.