NO se trata de que todos seamos y sintamos como Antonio Vega
“Donde nos llevó la imaginación
Donde con los ojos cerrados
Se divisan infinitos campos”.
Donde con los ojos cerrados
Se divisan infinitos campos”.
pero sí se trata de que, en plena segunda ola de la pandemia que afecta de manera drástica a Ourense, jóvenes de los Institutos salgan a su recreo a echar a volar la imaginación sin tener que echar a volar sus cuerpos fuera del recinto, circunstancia nada recomendable por mor de este virus que contagia a poco que nos descuidemos y levantemos la vigilancia de las normas de seguridad que los expertos mandan (si hay expertos, claro, porque ya sabemos…, como se las gastan algunos que nos gobiernan).
La vuelta a clase en colegios e institutos conllevó muchas dudas, debates y exigencia de protocolos severos para hacerse sin el riesgo añadido por juntarse importantes colectivos para convivir en un espacio común durante horas. Pues bien, parece ser que se va a permitir según lo soliciten los distintos Centros que los mayores de dieciséis años puedan salir de sus recintos en el recreo. La cosa tiene miga, porque ¡tanta escrupulosidad dentro y les vamos a abrir las puertas de par en par para que ninguna “fuera” durante ese recreo. Y esto ocurre a pesar del riesgo que se le supone y suponen los las autoridades, pues los centros que decidan dejar salir del recinto en el recreo tendrán que comunicar tal situación al ayuntamiento para contar con el apoyo de las fuerzas de seguridad en el control de las inmediaciones del recinto.
O sea, que recursos públicos para vigilar un recreo que con algo de imaginación no tendría que cambiar de sitio, no tendría que salir del recinto, buscando el sitio de mi recreo.