La polémica ha surgido por la tarde, cuando por las redes ha comenzado a circular una fotografía de Monedero sentado a la mesa de Numa Pompilio, un restaurante situado en pleno Barrio de Salamanca, más concretamente en la cotizada calle Velázquez, mientras un camarero le sirve una copa de vino.
Sinceramente me parece un caradura de mucho cuidado y mucho monedero, él que se forra a cuenta del discurso populista de solidaridad y empatía con los que menos tienen, siempre para la galería, porque para casa en cuánto no hace su papel público es puro degustador de cosas que solo se pueden permitir los que tienen pasta, pero que mucha pasta. Es la incoherencia personificada, así lo vieron por la mañana en Vallecas, barrio popular madrileño, con una pancartita diciendo BASTA contra la Comunidad de Madrid por las medidas adoptadas contra el contagio galopante del día a día, como si su partido no tuviera ninguna responsabilidad pese a ser gobierno actual, pero al mediodía ya estaba en en el barrio pijo de Salamanca, ese donde parece se encuentren mejor que en ningún otro sitio estos dirigentes de medio pelo. Este tío nos toma por idiotas a los demás, confundiendo su profesorado de Políticas (creo) con ser magister instruido por encima del resto del mundo, una mente única, y que solo él conoce la verdad de la vida. Marrullero, arrastra con su verbo y chulería frentista a mucho anti derechista como principio de vida. Él es una puñetera vergüenza con patas.