Este es un fenómeno que veíamos en televisión que se daba en Benidorm, pero a primera hora para buscar y fijar sitio en primera línea de playa, pero se ve también en Playa América y Panxón para ir a comer y no tener que transportar los aperos de labranza morenear. La imagen es curiosa y hace pensar en el confinamiento de hace pocas fechas donde los objetos, aún no siendo los mismos otros objetos urbanos, no tenían sujetos que les diesen utilidad. También es curiosa porque indica una confianza plena en el prójimo en unos tiempos de okupas sin verguenza y protegidos. El caso está ahí y es una imagen que vale las mil palabras que no llevo.