El PPS no llega a la altura del ruso, por mucho que metan la sexta y todo lo que quieran los de aquí. Y es que Putín, si no la palma antes, tendrá un mandato como los que dios manda, o sea, los que él mismo manda, 37 años al frente de la Rusia post soviética. Hay que remontarse a Franco para ver mandatos tan largos, a excepción de algún guineano teodorín, pero es que el ex KGB sabe de cómo conducir elecciones tan poco democráticas como son las que se han impuesto en el siglo del COVID-19. Por aquí, con ese sentido democrático tan sui géneris cabalga el presidente de la cara mayor que la espalda, el Sánchez que quiere aparentar lo contrario de lo que piensa y hace, capaz de decirle al poco ejemplar periodista Ferreras que en asuntos judiciales no se mete mientras trata de influir en ella todo lo que puede y manda. Anda Pablo con sus problemas de macho y mujeres despechadas que no se quedan quietas a no ser que les montes periódicos en lugar de matrimonios; dios sabe lo que se cocinará en su casa con una mujer ministra de igualdad que convive con tal machote de los de antes. Y Simón, posando para El País como si fuera el campeón de la lucha contra la crisis cuando es responsable de una confianza letal en los primeros días de ésta; pero la gente como si nada, hay ojos tiernos que reemplazan la verdad y el corazón sentimental le gana el pulso a la razón, sobre todo si no te ha palmado nadie cerca que realmente quisieras. Pues ni los tres últimos juntos pueden aspirar a llegar la la suela de los zapatos en importancia al señor del 36, de mandato hasta 2036, pues blindarse así… únicamente el chino y Maduros hasta que caigan del árbol.