La gente se escandaliza porque han sacado un letrero que ponía Hotel San Martín para poner otro que dice Hotel Barceló. Y yo me escandalizo de que se escandalicen. Aquí queremos proteger cosas que se consideran casi patrimonio artístico simplemente porque llevan cincuenta años en el lugar, pero que en realidad son simples letras que varían en número y son distintas. Pero lo lógico es lo que ha hecho el nuevo responsable de que ese hotel no sea una vergüenza para Ourense, pues se caía a trozos y no había nadie en Ourense que lo salvase de esa caída. También ponen el grito por la marquesina alrededor quienes no lo ponen por la Pajarera que impide el paso más diáfano y claro entre calles; ahí no, ahí nos tenemos que tragar el adefesio de un contenedor aseado por cristaleras en medio de ese pas0, y los grandes estetas sensibles urbanistas pues que no, que ahí no duele la cosa. Pues quiero manifestar mi opinión al respecto y decir que estoy encantado de que hubieran quitado esa marquesina que impedía ver mejor la fachada desde el suelo de este edificio. Los toldos pueden ser buen sustituto si son bonitos y en cualquier caso la entrada por Juan XXIII se libró en la calle del mazacote que nada aportaba. En gustos no hay colores, así que mi color queda dicho y ojalá se completase con el derribo de esa cafetería que ya veremos si la explotan algún día, pero mientras tanto sufrimos de su abandono con la vista.
La torre
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