Woody Allen (Brooklyn escribió su libro de memorias, ‘A propósito de nada’que está vendiéndose mas que bien, situándose entre los más vendidos en España. Por supuesto, un lector es quien esto escribe y por lo leído, pues acabo de empezar y solo llevo cien páginas, se lo recomiendo a quien le guste la lectura y no tenga prejuicios con este señor que de la mañana a la noche lo demonizaron de mala manera, pienso yo.
Estos días están publicando entrevistas distintos medios de comunicación, que por cierto deben pasar un protocolo de encriptación de datos para no quedarse con el número de teléfono del director, y es que da la impresión que Woody Allen a estas alturas de su vida, con 85 tacos cumplidos, no cambia su intimidad y vida privada por lo que piensen de él los demás.
Se levanta a las 6.30 h, para hacer ejercicio, desayuna y a continuación escribe, como su propia biografía que aunque solicitada por muchos previamente nunca hizo hasta ahora, porque, según él mismo dice, ahora sí tiene suficiente material para darle contenido. Material y tiempo desde que acabó la última película y mientras no comienza la siguiente. Contada con humor y casi con terror en el caso de su historia con Mia Farrow, y por lo que algunos lo recordarán como un pedófilo, aunque sea falso, y otros como un cineasta que les entretuvo, ¿qué más da?, dice el propio Allen, quien le da a la suerte la importancia que esta tiene
En el libro intenta ser honesto y mostrar sus limitaciones. Neurosis junto a virtudes. Ni ensalzarse ni degradarse. “Si digo que no soy un gran músico de jazz y que me contratan por mi fama en el cine, no creo estar faltando a la verdad. Un día cené con Bergman, el mejor cineasta de su época, y lo vi tan inseguro como yo, decía que nunca sabía dónde colocar la cámara. ¡Y era Bergman!”
Sobre la historia con Mia Farrow, apunta: “El tribunal me ha absuelto, ha dicho que no hubo abusos, ni siquiera se presentaron cargos. Me he sometido a un detector de mentiras, cosa que Mia Farrow rechazó hacer. Tengo que vivir con que hay gente convencida de que soy un violador, de que me he casado con mi hija… es igual lo que les digas. En su día, no hice ningún esfuerzo porque creí que la verdad se impondría, pero no ha sido así. Una buena historia, cierta o falsa, se impone a todo. Con Mia Farrow siempre vivimos en casas separadas, en los 13 años de relación, jamás dormí en su apartamento al otro lado de Central Park, y yo solo soy el padre de tres de sus catorce hijos. Y mi relación con Soon-Yi empezó cuando ella tenía 22 años.
Buenas entrevistas que aclaran algunas cosas para los que fusilan a alguien porque lo ha difamado simplemente. Pero el tipo sigue ahí, y sin perder el humor como se aprecia en sus respuestas. El libro es recomendable cien por cien.