¿Y si digo que las prefiero así? O casi. Porque unas cuántas personas dan sentido a la obra. Pero no repletas de sillas, mesas, y cubatas, imponiendo su desorden a las calles de todos, incluidos los que escapamos de masas. Entiendo que hay que pillar, tía, tío, lo que se ponga, cuando eres joven y las hormonas no paran de bailar hasta que las aquietes de alguna forma. Pero ahora ya las prefiero así, las calles y a ellas, ellos, más separados, donde
Las calles despejadas
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