Soy yo, sí, el de esta cara de susto, o a la expectativa, que asusta. Pero no es para menos. Volvía al tajo después de dos meses y medio. Entretanto sufriendo informaciones contradictorias en todo tipo de factores tocantes a la pandemia. Tocaba, este lunes, enfrentarse con una realidad que no pinta muy bien. Al tajo. Precisamente ahora, que me encontraba tan bien en casa, porque todo el tiempo era mío, muy poco se me escapaba. No hablo de síndrome de cabaña ni tampoco del miedo a la libertad que nos dice Fromm, aquí la cosa va de ser consciente de que debemos aprovechar cada minuto de la vida con las cosas que nos hacen bien, lectura, ejercicio, compañía afectiva, y también de las cosas que solo nos distraen. La más importante, la de sudar la camiseta, el curro para poder vivir. Este partido, que jugaba en campo propio, ahora me toca volver a jugarlo fuera, y me da susto, porque perdí la forma. De hecho estuve calentando banquillo y sin jugar en la página estos tres días, y menos mal que salgo ahora a jugar, de momento no he tropezado ¿o sí? Y a seguir, que la lucha continúa. Aunque casi todo lo que nos gobierna, nos desanime en la tarea. “De fracaso en fracaso sin perder el entusiasmo”, que diría Churchill.
Cara expectativa
Comparte esta noticia:
Facebook
Twitter
LinkedIn
WhatsApp
Email
Imprimir