“Me considero una mujer feliz que vive de su trabajo, que es también la fuente de su alegría y de su vitalidad. Quisiera que mi pintura fuera un testimonio de todo esto y un canto a la vida aceptada tal como es, con su miseria y grandeza, con su morir y nacer cada día, donde un árbol, un bicho, una fresca sombra nos pueden redimir de la amargura de saber que acabará todo, irremediablemente”. Éstas son palabras de la gran pintora María Antonia Dans, que en diciembre de 1960 expuso en la Galería Velázquez de Vigo. Por primera vez, no sé si sería la única, descolgó un cuadro comprado por un visitante antes de que acabase el tiempo de la exposición. El cuadro es el que sale en la foto.
En este catálogo de la Fundación Barrie de la Maza se presenta con paradero desconocido. Pues ya no lo es…