Antón es arquitecto pero antes fue un filósofo en potencia. Lo conozco desde que nació y desde pequeño en los veranos de Playa América charlábamos de tú a tú como si las edades no contaran. Listo como un ajo, entrañable como pocos, hoy anda por Madrid donde vive y crea junto a un colectivo lo que llaman La Carnicería. Ayuda a veces al amigo Ampudia, dejó el estudio por la aventura y ¡helo ahí!, conviviendo con tres más y una, además de la perrita. Conversador afable y siempre digno del abrazo más cariñoso que hoy tiene que ser abrazo virtual y agradecido.
Mi lugar de trabajo, donde sistematizo mi actividad
Mi rincón de lectura, un lugar de producción y descanso
El salón, Nuestra Plaza pública