Vamos a ver, yo ya sé que no todos los políticos son iguales, alguno hay decente, que levante el dedo el primero; pero, a excepción de la parlamentaria andaluza de Ciudadanos, Mercedes López, y a la diputada de Adelante, Teresa Rodriguez (la primera donando su sueldo y la segunda proponiendo en el Parlamento andaluz reducirlo un 60%) ningún otro a la vista de una mínima solidaridad con las necesidades económicas provocadas por el coronavirus. De un conjunto aproximado de 650 diputados y senadores, 1.206 parlamentarios autonómicos, 8.112 alcaldes, 65.896 concejales, 1.030 diputados provinciales, y tropecientos mil más cargos pseudo políticos -los resume un listado que circula por ahí hasta sumar casi 450.000-, que solo conozcamos por los medios de comunicación a dos personas desmarcándose de la desvergüenza de un maldito silencio, significa, desde un punto de vista estadístico, que el pronombre “cualquiera” adquiere todo su sentido generalizador. Pero no sólo es que callen como muertos ante la que está cayendo sino que tienen las narices de seguir cobrando dietas, sin que éstas puedan existir porque al estar confinados nadie se desplaza a ningún lado, y que yo sepa, de momento, a ellos les compete pues no son excepción de trabajos esenciales; hasta en algún Parlamento Autonómico, en plena crisis, han tenido los huevos o la cona (perdonen lo grotesco, pero es que el médico me dijo que no me convenía contener demasiado gases dentro) de aprobar una subida del 2% en sus emolumentos. Ya está bien de tanta falta de empatía social, pues deberían haber dado ya el paso de, como mínimo, aplicarse el mismo ERTE de los que más sufren, porque además sus sueldos son millonarios, ¿quién dijo CASTA?.
Vamos a ver, yo ya sé que no todos los artistas son iguales, alguno hay indecente, pero aquí sí cabe reseñar el gesto de al menos uno, que fue noticia de un periódico, porque redactó una carta a la Seguridad Social para que durante la crisis le detraigan de su pensión el 20% para dedicarlo a labores sociales. Este artista se llama Nicolás G. Aller, y él sólo da un ejemplo a los del grupo de arriba de cómo se conduce el virtuoso, aunque, claro, él siente la cualidad del arte que levanta el espíritu, que no la pasta (ya nos lo decía Schopenhauer, son el arte y la música lo que nos salva al ser humano). Nicolás es “Sólo ante el peligro”, porque algún necio saldrá a criticar su gesto y medida, algún necio que quiera medrar en esto de la política desnortada de partidos.
Realmente es una pena observar la balanza tan desequilibrada, pues podía ser al revés y otro gallo nos cantaría. Pero el problema, ya lo ven, no está en ideologías de izquierda o derecha, son y actúan todos de igual manera (en este caso no actúan), sino en el propio Sistema que ha convertido el ejercicio de la política en una salida laboral “única” para demasiados merluzos que por méritos propios, capacidad y competencia, no saldrían adelante ni a la vuelta de la esquina. Y así nos va.
Nota.- en el Centro del Congreso la bomba del ejemplo, Nicolás G. Aller, a quien desde aquí le enviamos un saludo agradecido.