Esta pesadilla que estamos viviendo focaliza toda mi atención en la salud de la gente en general y de la de uno mismo, familia y amigos en particular. Resulta verdadera angustia ver sufrir a la familia de un enfermo de coronavirus que por gravedad ha ingresado en Hospital, y ni te cuento si es en la UVI. Muchos tenemos a alguien que nos importa más allá de su condición humana, que ya importa de por sí, librando su propia batalla para vencer la enfermedad y causa una tristeza especial saberlo sólo, sin asirse a la mano de su esposa o hijo. Impotencia da observar la precariedad con la que trabajan los sanitarios en el primer frente de la batalla, donde arriesgan su vida por salvar la del prójimo, algunos por juramento hipocrático que obliga moral y profesionalmente hasta las últimas consecuencias. Precariedad de medios también en residencias de mayores, personal de fuerzas armadas, transportistas, limpiadores y demás trabajadores que están manteniendo a la sociedad sin hambre y con esperanza de salir de esta. Rabia da conocer que hubo tiempo para prepararse mucho mejor, con los ejemplos de China, pero sobre todo el de Italia por estar a tiro de piedra; recuerdo el post de 13 de marzo de María Signo, la amiga y corresponsal de La Voz de Galicia en Roma, advirtiéndonos que no nos lo tomáramos de coña, que así se lo habían tomado ellos y así les iba, de pena.
¡Que viene el lobo! pero no, ¡que viene, que viene! otra vez no, y así sucesivamente nos está pasando con una forma de vivir que enseña sus garras pero que no analizamos porque nos da pereza y a ver quien es el chulito que se mueve primero, pero que evidentemente ya no se sostiene. Ejemplo lo tenemos en la dependencia absoluta del mercado chino para proveernos ahora de recursos tan necesarios para salvar vidas. No sé quien decía que si la compra de productos en China se asemejaba a un mercado persa, pero, ¡coño!, qué, si no, hemos construido desde hace años. Recuerdo hace tiempo, pero tiempo ¡eh!, como un conocido me contaba que cuando viajaba a la feria de Frankfurt para producir muebles de una franquicia, el temor le pasaba por los hombros del trato al negociar con los chinos porque eran capaces de meterte gato por liebre sin que te enteraras, de ahí la importancia de los contactos in situ, que valían una pasta, para que un contenedor que habías comprado no llegara a tu destino semivacío. Ésto hace años, cuando la trampa de la globalización comenzaba a expandirse como otro virus mundial, y por ello para nada extraña lo que está sucediendo ahora, más si cabe al ser los compradores verdaderos inexpertos.
Pues bien, nos hemos convertido en la gran piscina de ocio de Europa y con el camino de Santiago queríamos convertir Galicia en la del mundo, y ya sabemos cómo nos las gastamos de esta forma, que no sabemos producir a gran escala otra cosa que turismo y eso porque la materia prima nos es dada, sol y agua. Así que hemos de pensar en ser superavitarios para protegernos de otra manera, a mi modo de ver, y en este sentido TALENTO y CONOCIMIENTO tenemos de sobra y es lo que no da también esperanza. Véase en esta crisis el ejemplo de la Corporación Sanitaria Parc Taulí, de Sabadell (Barcelona), que ha testado y validado el respirador diseñado por el centro tecnológico Leitat, primer prototipo que ya lo fabrican trabajadores de HP y Seat, con el apoyo de 3DIncubator y el Hub de 3D (IAM3DHUB), en las instalaciones del Consocio de la Zona Franca de Barcelona. Según leemos en EL MUNDO han anunciado una producción de 100 unidades diarias, cifra que es de esperar que se incremente tras darse a conocer que Airbus y Navantia sumarían esfuerzos a esta alianza, y al contarse también con capacidad de producción de usuarios y comunidades de makers, expertos en la impresión 3D.