Ourense puede ser la gran ciudad geriátrica española y si se me apura europea. Porque la debilidad nuestra puede ser la mayor oportunidad, que diría o podría decir Fernando Salinero. A la debilidad que me refiero es al hecho de ser la población más anciana de toda España, un dato real que no podemos discutir aunque no nos guste en principio ni final. Pero esa debilidad de una vecindad anciana puede darse la vuelta y convertir la ciudad en una urbe bien preparada para dar la mejor calidad posible a esta tercera edad. Hay un caso en USA como es The Villages en Florida que el área metropolitana de más rápida expansión poblacional de Estados Unidos porque está hecha de ancianos con buenas pensiones. Crece a una tasa anual de 5,4%, casi el doble que su contendor más cercano, Myrtle Beach en Carolina del Sur y cuenta con una población estimada de 114.000 personas. Hace 25 años era, en su mayoría un pantano deshabitado.
Nuestra ciudad que ha perdido en los años sesenta su posibilidad de contar con una gran playa a las orillas del río, donde está hoy el pabellón municipal de deportes, el centro comercial y una carretera infame que corta la vena del río con ese filo de carretera que pasa por uno de los ojos del puente romano; sí, una playa como la del Pisuerga pucelano, pero aquí la hemos fastidiado y no se espera a quien pudiera desandar la torpeza. Nuestra ciudad necesita tirar hacia algún lado y si bien el parque acuático puede ser un motor, hacen falta una docena de ellos para revertir la posición. Pues vamos con la idea de hacer una ciudad amable para la atención de la tercera edad, con cantidad de bajos vacíos que bien podían ser reconvertidos en alojamientos comunes de fácil acceso. Sí, también sabemos que para los mayores, que por el hecho de la edad sienten el frío y el calor más que un joven, nuestro clima no es el más apropiado, pero ahí también puede actuar la plantación de árboles que combatan a favor en cuatro o cinco grados la temperatura, que se lo pregunten al Dr. Vicente Gracia. Claro está que es necesario la voluntad de trabajar arduamente estos temas.
Y hoy pudimos leer la entrevista a Alfredo Freixedo en un periódico local, donde el prestigioso y cercano amigo pone a caldo la intermodal de Ourense. Aquí debo confesar que ya uno no sabe como va a quedar de tantas vueltas y revueltas que ha dado el proyecto urbanístico y que a mi me costó la relacion con Juan Cabanelas, aquitecto del equipo de Norman Foster, por una crítica pública que hice en la adjudicación paripé del concurso. Pero lo que no hay discusión a la vista de las fotografías que siguen es que sobra el edificio del centro de salud:
Por supuesto, el centro de salud es tan importante que necesitaría nuevo emplazamiento, pues ¡helo ahí!, la plaza de El Puente que se está convirtiendo en una pesadilla de vacío de ideas.