“De fracaso en fracaso sin perder el entusiasmo” es una frase célebre de Churchil, el mismo personaje sobre el que ha salido nueva biografía que pesa 1500 páginas y no crean que con mayor interlineado y cuerpo de letra que cualquier breve ensayo. La verdad es que tamaño libro interesante no sé si será leído por mi alguna vez pues cuando me jubile y tenga el tiempo necesario para aplicarme a una lectura similar quizás me interese otras figuras más; pero bueno, también me ha dicho el dueño de este ejemplar de treinta y tantos euros, que lo tiene bien amortizado pues con la lectura ha comprado al tiempo un arma de destrucción individual, un posatableta bárbaro (véase la foto), un objeto apropiado para la práctica de lanzamiento de peso, u pisapapeles contundente y un ladrillo por si hay que tapara algún hueco que descubra alguna vergüenza.
Vergüenza no les da, ninguna, a los políticos con sus propuesta en tiempos de precampaña. Ahora es el líder de “Más País”, D. Iñigo Errejón, en la presentación de su Programa Verde que te quiero verde, propone medidas que para llevarlas a cabo necesitarán de una gran inversión que, dice, puede lograrse con una fiscalidad más justa, fondos de la Unión Europea e inversión privada. No sabemos muy bien cual es exactamente su concepción de justicia fiscal pero, por favor, que a los pequeños no nos toquen más el bolsillo porque está lleno de agujeros provocados por agujas fiscales; tampoco sabemos si Europa con la que nos viene encima y el Brexit tocándonos la moral podrá siquiera ayudarnos aunque lo quisiera; y sobre la inversión privada, viniendo de un pensamiento como el suyo pues va a ser que es difícil. Eso sí, la transformación del país que se propone pasa por apostar por el comercio de cercanía, y eso está muy bien pero contradice lo siguiente que nos canta, cual es dar por hecho avances tal en productividad que permitan mayor efectividad en menor tiempo y que deben trasladarse a los horarios laborales de manera que la sociedad pueda beneficiarse de ello.
Así, señala Errejón, con una reducción de la semana laboral a cuatro días, se gana en salud, se ahorra en transporte y se aumenta la productividad. Pues sí que sabe de comercio local el señor político, ya que solo para tener abierto cualquier local