Hoy comenzamos la nueva etapa en elcercano, en cuánto al espacio pues nuestro espíritu -bueno o malo- sigue siendo el mismo. Pero nueva etapa en cuánto al espacio porque ya no vamos a abrir el café al público en general sino que lo reservaremos a nuestros suscriptores/mecenas que apoyan la idea de mecenazgo que tenemos en elcercano hacia todo lo que significa arte, cultura y comunicación; y la apoyan decididamente, el buenismo de palabra lo tenemos todos, de una manera práctica y real como el dinero mismo que supone rascar del bolsillo la cuota al mes de 9€, cuota que creemos fácil de asumir para el mayor número de personas que no pasan necesidades básicas. La cuota es pequeña desde sus inicios, pese a que no somos un lugar de masas, porque está pensada precisamente para que no discriminar a nadie de elcercano por razones económicas. Es más, hay dos miembros de elcercano que lo son porque otros dos miembros pagan su cuota, y nadie sabe quien es quién en esta relación tan humana y generosa; por supuesto, jamás diré quienes son por razones obvias. Por eso, nadie con verdadero interés de estar y ser cercano va a dejarlo ser por esa razón, como cualquiera que tenga sobrada sensibilidad con el valor que aporta a nuestra convivencia el hecho cultural, y le caigamos bien, que esa es otra cuestión, dejará de querer sentirse actor de este proyecto porque tenga que colaborar con estos nueve al mes para sostener los gastos de un local precioso que, sinceramente, no cambio por ninguno de mi ciudad y en el que ocurren cosas continuamente.
Hoy que se acaba la etapa más hostelera, aunque sigamos contando con la barra que atenderemos Paloma y este servidor, cabe decir que se acaba en gran parte porque la persona que durante los dos últimos años nos ayudó enormemente con toda profesionalidad y saber estar en su papel de servicio a los clientes se va a otro trabajo con mayores expectativas laborales que el nuestro. Somos los primero que celebramos esta salida por la puerta grande porque Fran lo merece, pero nos coge mayores para buscar y congeniar con otra persona que haga su trabajo; el listón lo puso muy alto y ahora ya no se puede aceptar que se baje, por lo que preferimos prescindir de todo lo que supone tener abierto el café al público. El salario mínimo interprofesional que se lo apliquen los políticos que abogan por aumentarlo a quien quieram, al igual que el coñazo de la firma al comenzar la jornada y su salida; que todas las exigencias pertinentes a las que nos obligan los que nunca emprendieron nada se las metan por donde quieran, que a nosotros ya no nos pillan en otra, a no ser que el público de Ourense que no nos quiso hasta ahora hagan una manifestación delante de la puerta rogándonos como al santo para que llueva nuestra cerveza en sus gargantas. Sin duda, lo hemos intentado todo para atraer a un público que diera valor a no tener televisión, poder leer cantidad de libros que hemos puesto a su disposición o simplemente escuchar a Miles Daves mientras platicaba en plena conversación, hasta dimos un año comidas que no eran negocio pero que pretendíamos fuera cobijo de alguna gente, pero no lo conseguimos, por eso no hay mal que por bien no venga y ahora esta medida sea propicia.
Que conste que nada es para siempre, sobre todo en elcercano donde nos encanta renovarnos, ensayar fórmulas nuevas y si cabe hasta equivocarnos, porque de error se aprende y puede uno hasta crecer humanamente. Así que la etapa nueva comienza pero no quiere decir que sea inamovible. Dios sabe que nos depara el futuro.