Dice el titular de El País que la cultura en Ourense sufre un seísmo. Y digo yo si se referirá a la cultura ourensana “subvencionada”. Porque nosotros seguimos editando libros (llevamos cerca de treinta sin someterlos a autoedición), organizando conciertos (nos está patrocinando una parte y en los dos últimos años Estrella Galicia), presentando libros (sin fijarnos en ideología, condición o estatus) y escribiéndolos (O NOSO CAMIÑO), con club de lectura, grupos de conversación en inglés, teatro, exposiciones de arte, etc., y no hacemos más por distintos límites que nos emarcan, desde la falta de medios económicos a la de recursos humanos que organicen, por la ausencia de mucho público que no acude a la llamada de tantos y tantos que ofrecen su capacidad y talento a través de nuestro espacio cedido gratuitamente en el noventa y nueve por ciento de las ocasiones; no, respecto a lo último, tengo que decir que entre las personas que nos apoyan con su asistencia – sobre todo cuando se cobra entrada- no se encuentran,precisamente, lo que hoy se rasgan las vestiduras por el cambio de orientación en la política cultural ourensana a favor de un bono cultural y menos subvención ad hoc; nosotros, a lo largo de 12 años proponiendo desde elcercano arte, música, literatura, premios de poesía, teatro, idiomas, charlas, cine, conferencias y presentaciones, debates, programas de radio y televisión, etc, hemos visto a muy pocos prohombres/mujeres de la cultura ourensana.
Hay cosas curiosas que hemos experimentado a lo largo de nuestra experiencia como espacio donde ocurren cosas culturales, de comunicación y pensamiento que contrastan con cierta opinión generalizada y de indignación porque se aparte una Institución de su patrocinio, que era absoluto, o sea, absolutamente dependiente del dinero público; así, hemos visto en elcercano representar obras teatrales a algunos grupos de fuera (Vigo y Santiago) y de Ourense, a los que hemos apoyado cediéndoles gratuitamente la sala para que pudieran cobrar libremente la entrada que quisieran al potencial público, con tan positivo resultado cual fue cubrir el aforo en varias representaciones del mismo día. Por supuesto, ni que decir tiene que los mismos artistas fueron los más activos agentes comerciales de su propio espectáculo. “Jugarse la piel” se puede llamar a esta mentalidad de creer en el producto y corresponder apostando por él. Si además existe un contrastado valor profesional y son seguidos por millares de personas, ¿que problema hay en organizar representaciones cuyo retorno económico venga vía de la venta de entrada? Creo que, a mayores, las instituciones podrían ayudar en dicho caso, el de que una propuesta cultural que se presenta auto financiada, poniendo al servicio de la misma la infraestructura pública correspondiente, sea Teatro municipal, provincial u otro lugar apropiado para ello. Aprovecho la ocasión para brindar elcercano, espacio que se mantiene gracias a la implicación voluntaria de más de 250 personas físicas que lo apoyan con una pequeña cuota de 9€ (curiosamente, no se encuentran entre entre los suscriptores ninguna de las personas que se consideran sí mismos “ejemplos de compromiso culturales”), decía brindar elcercano a todo aquel profesional del mundo de la cultura que lo necesite para atenuar el impacto económico que toda empresarial o laboral debe afrontar, como lo venimos haciendo desde hace años de forma totalmente desinteresada.
Bajo la palabra CULTURA encontramos, a veces, una palabra-pantalla que conviene a un arte de gobernar que amalgama dirigismo y clientelismo; desde luego en Ourense nos tienen muy acostumbrados a ello como para no entenderlo, sobre todo si volvemos la mirada al Organismo Provincial que lo lleva practicando desde hace años perfectamente bien a ese efecto. Y esto que digo, lo repito de la siguiente manera: “En nuestra sociedad el sistema es capaz de apropiarse hasta de los elementos más críticos de la literatura, el arte o la filosofía, convirtiéndolos en ornamentos suyos a guisa de pimienta inconformista”; así lo entrecomillo de transcribirlo del autor que lo dijo, nada menos que el señor Schopenhauer. Pero, claro, no se puede estar en misa y repicando, de ahí que la subvención, al menos, debe contemplarse con su particular sombra de sospecha como para bendecirla cual santos óleos. Por el contrario, siguiendo a Marc Fumaroli, “nunca se insistirá bastante en que el talento de los mecenas es a menudo la comadrona del talento de los artistas y escritores”. Sinceramente, no creo se pueda encontrar demasiado talento en el poder, ¿o sí?.
Me extraña que el mundo de la cultura, sobre todo las personas agentes de la misma, no reivindiquen, en lugar de la subvención particular, dirigida desde un despacho y que crea clientelismo, un tratamiento fiscal, laboral, de seguridad social, “especial” para todo este mundo que se dedica a desarrollar legítimamente la cultura, pero cultura no entendida como mito y que no va más allá de un desarrollo intelectual de nivel infantil. Ahí está la verdadera lucha para poder dedicarse a esta vida cultural sin que asfixien las normas administrativas y burocráticas del Estado antes ni siquiera de comenzar, donde caminar al borde de la inspección al uso merma la capacidad creativa de cualquiera y la ilusión por seguir y llegar a algún lugar. Que no se apliquen retenciones en las facturas de un artista o músico o escritor, que el IVA común de todos ellos fuera el máximo del actual del libro, un 4%, que la cuota fuese flexible y de acuerdo con el trabajo remunerado que se consiga, etc., ahí está la mejor subvención de todas, y para TODOS. El resto lo pone el público, si hay talento y compromiso, empatía y ganas de crecer con la cultura. En nuestra casa, elcercano, montamos un café para que nos ayudara en esta misión, y las servilletas de papel tienen una frase que resume lo dicho: “Tu consumición es nuestra subvención” .