Me está resultando algo triste este verano. No es cosa del clima, que también siempre influye algo, porque los cielos no son tan limpios como otros años, y el fresco te impide entrar en calor de una estación que para los que buscan vivirlo en su esencia más auténtica, como yo, es como una decepción. Bien es verdad que cada día hay menos de lo permanente o tradición, todo es tan cambiante que cuando quieres darte cuenta de un plan que has previsto va éste y te hace la zancadilla yéndose con el de enfrente. Ya no hay planes que resistan en embate de estas olas de modas tan rápidas que cuando te enteras de ellas y te integras ya han pasado, ya ha pasado esa moda. Tal rapidez y falta de ubicación, por veces te provoca una especie de paranoia que da la traste con esta paz que se pretende cuando estamos de vacaciones. Pero es así y así lo contamos. Está triste el verano, y no hablo solo de climatología, ni siquiera de política, aunque por Ourense las noticias que suceden al respecto no nos guste a alguno demasiado, porque una cosa es coalición para gobernar, a la que obliga quizás un ansia de poder legítima en alguien que lleva demasiado tiempo luchando contra viento y marea, pero otra es el besuqueo gráfico al que nos lleva el Hola ourensano entre estas fuerzas antes enemigas y ahora cuasi amantes a la vista de las fotos y manifestaciones varias. No, no es esto lo que me entristece especialmente, a pesar de que la ilusión sufre, sino la desaparición por fallecimiento de amigos como Alejandro Ávila Alonso, un amigo que llevas contigo desde tiempos de colegio, y de internado que es mucho más íntimo y cercano; después, volver a coincidir con amigos comunes lo suficiente para saborear su bonhomía que era generosamente repartida por Alejandro, es como si se multiplicase el lazo afectivo, y pensar que ya no vas a poder verlo más, esto sí hace de el verano un verano triste. Yo no sé como sienten el paso del tiempo los demás, a mí me hace sentir que la vida se me escapa cuando ya son muchos amigos de infancia los que se han ido y éste sí, éste es motivo suficiente para no ser especialmente feliz.
- Sección: Noticias
- Publicado el 31 julio 2019
- Por Moncho
Triste verano
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