Avisa alguien por washap que a las 15:30H el alcalde Jácome estará en directo en Cuatro Televisión. Estoy en casa y cambio de cadena a esa hora, cambio el informativo que aún no acabó por unos anuncios que están pasando en la cadena, pero, claro, es que hay que estar atento porque el tiempo es oro en televisión y a la que te descuidas te quedas sin el directo; después los post ya son otra cosa, vienen normalmente aderezados de opinión del que los postea y te sacan ese ronroneo de la novedad. Comienza el programa “Todo es Mentira” que nunca vi porque de por sí no me atrae este formato de programa que mezcla información con espectáculo de risotada fácil dirigido por presentador mediático y corifeo. Pero ayer lo vi, no por ellos, sino por el alcalde ourensano. No me gustó el tono del primer comentario de un palmero sobre el emplazamiento donde se grababa la conexión, y no me gustaron las medio sonrisas provocadoras de un sobrado Risto al que le sobra soberbia, y no distingue su papel con concursantes de alguno de los programas de televisión donde participa con el de entrevistador a un alcalde de una ciudad, que además es la mía. Sin duda, los políticos se han ganado a pulso el poco respeto que les profesamos los ciudadanos actualmente, pero se puede ser incisivo sin caer en la prepotencia que da el poder, en este caso el poder de las imágenes de una cadena nacional. Por esa prepotencia no midió que el otro, su entrevistado, tiene callo frente a las cámaras al ser dueño y presentador de una, que aunque local te hace veterano, y aguantó tranquilamente la presión hasta que la pregunta se hace para apostillar una postura y no para tener respuesta, entonces, ¡ah!, entonces simplemente le dijo: “si no me dejas explicarte, no hablo”, y el dignísimo presentador mediático cambia el rictus, se pone serio y amenaza sutilmente con “aquí soy yo el que dirige el programa y …” (y algo más que no recuerdo), a lo que Jácome respondió con una mueca serena quitándose los auriculares, por cierto con un retorno nada favorecedor para evitar las chanzas del estudio mientras llega el sonido al interlocutor, y sale del tiro de la cámara sin inmutarse. Creo que el experimentado presentador quedó chafado, con un palmo de narices que le hará reflexionar acerca de no infravalorar a nadie por mucho que estés arriba, porque tanto estás como no estás al otro día, que la vida es la que reparte cartas y el que las recibe solo puede jugarlas pero nunca gana.
- Sección: Noticias
- Publicado el 19 junio 2019
- Por Moncho
La chanza
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