Hoy vamos a destacar la existencia de héroes en este mundo de locos, depravado, y donde la maldad no hay dios que la detenga. Es este puñetero mundo donde los avances y progresos de la técnica y ciencia deberían ir acompañados de la ética y moral que queda cada día, sin embargo más distanciados, la realidad impone la violencia entre seres humanos cualquiera que sea la razón y procedencia. Hoy es el asesinato de la monja española Inés Nieves Sancho, de 77 años, en la República Centroafricana (RCA) la que ha causado conmoción dentro y fuera de este país, en el que la muerte de religiosos es cada vez más frecuente a causa de la violencia, porque dedicar la vida a acompañar a los más pobres del mundo (en 2018, la ONU declaró a la República Centroafricana el país más pobre del mundo) enseñando costura o lo que sea cuando no es obligado causa enorme conmoción a cualquiera que se detenga un pensamiento en esta entrega.
Entra un escalofrío por el cuerpo al imaginarse a la monja en la noche del pasado domingo, cuando estaba durmiendo y un grupo de desalmados la sacó de la cama y se la llevó al taller de costura para no hacer ruido, donde se ensañaron con ella. “El cadáver estaba en muy mal estado, lleno de heridas, y lo más importante, degollado, prácticamente decapitado”, señaló el sacerdote Aguirre sobre este crimen, cuya autoría y motivaciones aún se desconocen y que atestigua que el país lleva dos años de infarto de la violencia que hay. La República Centroafricana está dirigida por catorce señores de la guerra que controlan el 80% del país, con miles de mercenarios, y esto hace que la población esté muy insatisfecha”, remarcó.
Cuando Erasmo nos decía que teníamos que ver cómo de mal estaban otros para tener mejor estado de ánimo, hoy miramos hacia esa República donde cortan la cabeza a una buena persona y celebramos vivir con todos nuestros problemas, por muy gordos que a veces nos parezcan.