La verdad es que esperar descubrir en un debate algo diferente a lo que los contendientes en unas elecciones generales nos tienen acostumbrados, es no estarlo, acostumbrado, a presenciar otros muchos debates que se hayan producido a lo largo de los años en nuestro país. Yo al menos no espero nada de ellos, sobre todo cuando los contendientes se ciñen a lo estudiado con generalidades que son difíciles de rebatir en exposiciones de un minuto, o dos y tres. Vaya, que como no espero nada, pues tampoco tengo interés en verlos, a no ser que viva de ello, sea un periodista que tiene que escribir al día siguiente una columna de periódico o uno de los que se sirven de la política para ganar las habichuelas y presencian los debates, consecuentemente, como forofos apasionados del líder que les renta la posibilidad mejor para los próximos años, es decir, los puñeteros acólitos de los partidos que chupan rueda por no decir otra cosa.
Por eso, como no vi el debate no puedo decir si ganó uno u otro para el común de los mortales, aquí también funciona el forofismo que encuentra vencedor siempre al suyo, a su equipo, incluso en el caso de los medios de comunicación que tienen sesgada la vocación por la necesidad de la empresa económica, tal como la vida misma, contradicciones a gogó. Leo en un sitio u otro a los analistas pontificar en este aspecto sobre el encuentro, partido o debate, pero desde fuera yo solo veo a un triunfador, señor Ábalos, porque sin participar se ha convertido en protagonista mayor, al sustituir a su jefe y presidente actual de los españoles. Realmente, o le entró un apretón al señor Sánchez y en deferencia a los periodistas que esperaban en la parte mixta y a los españoles que esperaban la conexión en directo a través de la televisión no quiso hacer esperar y optó por la sustitución, o es que el señor Ábalos comunica y defiende mejor que el propio señor presidente. Porque no será que encuentre esa intervención ante los medios para el análisis somero del debate un acto que rebaja su altura institucional, porque ahí fue el candidato que nunca el presidente. en fin, debería ir también Ábalos a debatir hoy, no vaya a ser que comiencen sus oponentes hoy el debate por restregarles este gesto de suficiencia y menosprecio.