En la foto del día salen algunos de los participantes de nuestro club de lectura. Pero a pesar de ser la foto del día no es una foto de hoy sino data de la pasada semana. ¿Porqué? Pues, sencillo, porque hoy no ha habido club de lectura, fueron avisando todos y cada uno de ellos de su imposible asistencia debido a temas personales, por lo que lo suspendimos. Pero yo creo que los temas personales reales que les ha apartado hoy del club es que tocaba sexo, no practicarlo, pues el club es solo de lectura, pero sexo al fin y al cabo que mueve montañas y remueve sus entrañas. Yo me las prometía muy felices con el Decamerón de mis quince años, alguna manueliña hice con el, o el Play Boy o Loui, que pasaba de Francia a España si conseguía sortear a los guardia civiles que a veces me requisaban el lote que traía para compartir con los reprimidos amigos de Ourense en los años sesenta y muchos, primeros setenta (la verdad es que mucha lectura no traía, sí un poster macanudo en el medio de la publicación, pero la suficiente lectura para poder traer al club); también traía la Histoire d’O, una novela erótica de la escritora francesa Pauline Réage que mucho estimuló mi libido también en los setenta. En fin, no ha podido ser, saldré de dudas la próxima semana de si fue el acojone que les dio la posible confesión de alguna experiencia lectora en torno a su pasión más baja, que de bajar nada, en todo caso levantar, o que de seso mucho pero sexo mas bien nada. Estoy convencido de que no leerán estos comentarios míos de página, por eso me explayo, de lo contrario no sé si ya tengo que ir endureciendo alguna parte de mi cuerpo para aguantar los palos. ¡Que va!, es una coña, porque mis compañeros tertulianos de lectura pasan de prejuicios y complejos.