Pepe Conde
Hoy quisiera contar dos historias. Por un lado, la del recuerdo por haberse cumplido hace unos días el veinte aniversario de la muerte de Pepe Conde, para mí, o Xosé Conde Corbal para el público del artista en general. Nació en Pontevedra y murió en Vilagarcía de Arousa, pero vivió y pintó fundamentalmente en Ourense, donde se hacía notar y tenía seguidores fieles, tanto a su extraordinaria conversación como a su pintura. Pues bien, el Diario de Pontevedra lo recordó con motivo de este aniversario, como no podía ser menos, porque al tamaño grande del pedazo artista se unía su condición de haber sido colaborador de ese diario durante una buena época donde ilustraba con sus dibujos diferentes temas. Hoy, el pintor es un poco más pontevedrés y menos ourensano que ayer, pues la memoria que se desea tener de él en cada lugar es lo que marcará su adscripción para siempre. Bien por el Diario de Pontevedra, por cierto
La mujer Adelina
Han pasado ya unos días y mujeres que no se manifestaron el día 08 siguen estando combativas con la vida cada día. A pesar de que casi nadie se acuerda de ellas porque son mayores, viven solas y con ciertas patologías que las incapacitan. Pero están ahí. Y como además están necesitadas de mucha ayuda pública al ser pensionistas mínimas, pues se me ocurre reivindicar para ellas más apoyo de las distintas Administraciones del que reciben actualmente, que es el de una hora diaria de ayuda en domicilio que le presta el Ayuntamiento. Una hora de lunes y viernes, sin contar festivos, como si no necesitara ayuda el sábado y domingo, ni las fiestas de guardar. Y digo yo que si en lugar de destinar subvenciones a grupos u organizaciones feministas se les diera el equivalente a esas sumas a la ayuda en domicilio que pudiera sufragar la atención de sábados y domingos. cuanto más se apoyaría a estas mujeres mayores que viven solas a sentirse dignas merecedoras del cuidado que se les conceda. Ni que decir tiene que en caso de que sean varones vale igual lo dicho pero claro es que estadísticamente las mujeres sobreviven cinco años más que los hombres por lo que el envejecimiento por regla general está más garantizado en ellas que ellos. El día internacional de la mujer, que de internacional tiene más bien poco porque no hemos visto en todas las manifestaciones que nos han filmado los distintos medios ni una pancarta de solidaridad para con las mujeres de países musulmanes donde aún lapidan a mujeres por ser violadas, e incluso por el simple y natural efecto de enamorarse de alguien que no conviene a un fanatismo familiar extremo; el día de la mujer, para Adelina y otras mujeres como ella, a las que queremos como mujeres y seres humanos ejemplares en la dignidad conque afrontan su día a día la adversidad de una falta de salud evidente amén de carencias de compañía, sigue siendo hoy tanto como fue ayer y será mañana “siempre el día de la mujer” aunque sea silencioso, íntimo y sin focos. Bien por Adelina y la madre que me parió, que es otro cacho ejemplo de mujer digna que no se manifiesta y por ello no pierde una micra de mi respeto sino cada día más mayor mi admiración y afecto. Y la mejor manera de demostrarlo es acompañarlas lo más posible, cada día, y a ambas.