De transparencia
Pues Cristina Huete vuelve a la carga en EL PAIS informándonos de este negocio que entre otros tiene montado un tal Juan Manuel Gómez Roa, el certificador de la trasparencia que le encarga otro JM, en este caso de apellido Baltar. La noticia es de hoy y trata de la forma en que la Diputación de Ourense pasa al primer puesto del ranking de limpieza institucional mientras al mismo tiempo está siendo investigada en varias causas judiciales por corrupción. El milagro se produce mediante pasta, no es cuestión de fe sino de negocios, donde parece que funcionen bien los políticos de nuestra democracia desde hace tantos años.
Lea la noticia entera si le apetece conocer cual es el respeto a la inteligencia ajena que demuestran algunos dirigentes:
https://elpais.com/politica/2018/12/10/actualidad/1544472423_726474.html?fbclid=IwAR2voMou1Jf0HD27Ffi27r9a35hez4JK7nl7EfwKr7wmr7tdITUTumOJvos
Violencia contra el hombre
Érase una eurodiputada española independiente en el grupo ALDE, pongamos que hablo de Teresa Giménez, a la que se le ocurrió organizar un evento en la Eurocámara cuyo título era Comprendiendo la violencia contra el hombre. La señora en cuestión es antropóloga y como científica llamó a la mesa a otros científicos y expertos para hablar del tema, conviniendo en decir, a través de investigaciones empíricas demostradas, que las mujeres eran igual de agresivas en el ámbito doméstico que los hombres. La iniciativa trataba de informar sobre el machismo y las leyes que afectan al respecto a los ciudadanos. Pero los eurodiputados no quisieron saber, simplemente no acudieron, como si fuera pecado mortal tratar de investigar causas y querer conocer la verdad de la violencia doméstica. Los invitados a la mesa eran Joaquim Doares, profesor emérito de la universidad Mid Sweden y experto sobre violencia familiar, y la neurobióloga española Marta Iglesias. Los datos expuestos contundentes, desmitificadores de una falta de agresividad en las mujeres, que también existe y que en el caso de lesbianismo superan incluso las cifras de parejas heterosexuales. Un toque de atención hacia la biología y la evolución como especie para entender la violencia; o sea, conocer mejor nuestra historia como homo sapiens es lo que reclamaba la señora Iglesias, que da una visión ancestral de los orígenes de la violencia en los distintos sexos que están condicionados por herencia genética, cosa que obvian los que santifican el género femenino como de carácter pacífico y demonizan al masculino como violentos recalcitrantes.
Lo grave de la cuestión es que ningún responsable político se hubiera presentado, al menos para saber la opinión científica al respecto, y esto hay que hacérselo mirar porque así se impone la ideología a la razón y la ciencia, y no está bien que sea por complejos o miedos al lobby feminista que presionan lo suyo pero que con ello abandonan la empatía de las mujeres para con los hombres, que no es justo.