Crítica de Xosé Carlos Caneiro sobre “Los hijos de la Revolución Francesa”
Vivir en Verín, distante do ruído do «mundo cultural», propicia certos obstáculos. Porén, tamén outorga un gran beneficio: a perspectiva. Observar todo con relativa calma sen presións externas. Tamén axudan os anos: un pode dicir, e di, o que realmente quere dicir. Así digo: acabo de ler unha novela extraordinaria, que nada ten que ver coas modas, tendencias, e ridiculeces literarias do presente. Nada coas imposicións aliterarias académicas (hai excepcións, por fortuna). Nada co guerracivilismo ou o «narcotrafiquismo», que son os discursos preponderantes da literatura políticamente correcta do presente. Unha novela de prosa vivaz, de capítulos breves que son resplandores, de crítica social e de amizade, unha novela xeracional que vale para todas as xeracións. Hoxe presentarémola no Cercano, que é a colegiata da outra cultura (que tan pouco ten que ver co “mundo cultural): independente, rebelde, tolerante, aberta e sensible. Fáltame o título e o autor: «Los hijos de la Revolución Francesa», de Manuel Janeiro. Unha novela magnífica.
Manifestaciones andaluzas
Del twiter de la Policía Local de Granada sacamos la imagen y también la respuesta a un twitero que pregunta ¿Cuál es el pretexto de esa manifestación no comunicada?. Informa la Policía Local: “15M GRANADA @acampad… 3H. Por una Granada y una Andalucía libre de intolerancia, odio, autoritarismo, machismo, racismo, lgtbi+fobia. ¡Andalucía para tod@! …
Pues bien, dime de qué presumes y te diré de qué careces, pues todo lo que acusas al contrario se vuelve contra vosotros cuando no aceptáis la opinión de otros.
El pequeño comercio de Ourense se rebela
Bueno, más que rebelarse se queja de que se le tenga poco en cuenta. Son malos tiempos para estas fórmulas tradicionales pues las grandes multinacionales del consumo y la globalización arrasan con todo lo que puede generar beneficio. Las migajas para el que no puede hacer otra cosa que luchar por buscarse la vida, en este caso comerciando. Buena campaña, sin más medios que la imaginación y las ganas de demostrar que su esfuerzo por abrir cada mañana su establecimiento es tarea a admirar. Un peligro se cierne sobre el movimiento, que las instituciones lo apoyen de la manera en que siempre lo hacen, dando alguna subvención y espacio para reconducir la situación, esto es, que no se mueva nadie. Al grano con las instituciones es ir en contra de unos impuestos exagerados, contra unas condiciones de exigencias normativas y legales que ahorcan desde que se levanta el primer pie para la andadura correspondiente, ir en contra de que las instituciones hagan desleal competencia por complejo populista al no hacer su trabajo verdadero.