A las doce de la noche se acabaron los helados en la noche de Playa América. También se plantaron las cenas en los restaurantes y bares repletos hasta la reserva. Comenzaron a vaciar las calles aquellos que prolongaron su día de playa con una noche de playa sin sol pero tan calurosa como cualquier día del verano no comprendido dentro de esta ola de calor. Los coches, en estampida, comenzaron a evacuar la zona con los que estaban degustando las mieles de este cálido abrazo de la noche, y el espacio volvió a su ritmo habitual, lento. Todo por culpa de la avería que aún nos tiene sin luz después ya de un buen rato. Y es que dios sabe como tienen y mantienen las infraestructuras los tiempos que corren y que dan preferencia a la superficial. Estar sin luz unas horas nos pone a la altura de otros tiempos pretéritos, pero entonces no pasaba nada, la tertulia se mantenía con la claridad de las velas, pero ahora es distinto, no podemos consultar el móvil que se ha descargado y tampoco ver Sálvame de Luxe, o acabarnos los pescaditos fritos que ya estaban servidos en el bar de tapas donde cenamos, y así surge la ansiedad porque vuelva pronto la electricidad que nos conecte a la vida nuevamente. Pero, no hay nada de qué preocuparse porque enfrente vemos fuegos artificiales, y la fiesta con Dyango en la otra esquina de Playa América sigue, así que ¿de qué preocuparnos?.
- Sección: Noticias
- Publicado el 5 agosto 2018
- Por Moncho
Se nos fue la luz
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