La Ley de Espectáculos públicos y actividades recreativas de Galicia, aprobada el pasado enero entrará en vigor el dos de julio, prohibirá hacer música en directo en discotecas, pubs, karaokes y bares, o sea. Hará ilegal en Galicia la actuación en vivo aunque la música enlatada en los mismo locales con los mismo decibelios. Eso sí, los ayuntamientos, que tienen la competencia en vía pública, podrán seguir atronándonos con los watios en las plazas y calles públicas, que no dejan dormir a los vecinos que normalmente son los ausentes de estas fiestas que organizan sus representantes ¡manda carallo! Dentro no pero fuera sí, auténtica paradoja auspiciada por los torpes dirigentes que no distinguen de ruidos más allá de lo que un buen día o mala noche le indican sus asesores en leyes.
No sé qué vamos a hacer los locales que organizamos este tipo de espectáculos, desde música a recital de poesía pasando por micro abierto o teatro, concurso de conocimiento, etc., si no nos van a dejar continuar con el tema, seguramente cerrar porque no tiene sentido seguir. Ni siquiera se puede hacer mecenazgo con la cultura, a pesar de haber puesto medios y pagar licencias para poder hacerlo, porque la Ley es la ley y los demás somos idiotas. Pero además la prohibición no queda ahí porque la norma impide a los menores acceder a locales donde se despache bebida alcohólica, estableciendo una diferencia sustancial entre las salas de conciertos y los restaurantes y cafeterías, a los que sí pueden acceder menores sin consumir alcohol.
Pues ¡hala!, a recitar, cantar, beber, monopolizar, y lo que le salga del pito al dirigente analfabeto, a los lugares afectos, a los liceos, ateneos, bancos, y demás lugares que están a la sombra del político que lo subvenciona, le da local o le permite toda actividad porque, porque ellos son los dueños de nuestra vida y futuro. Váyanse a la mierda ¡capullos!
¡Ah!, por cierto, me imagino que prohibirán los torneos de tute, que son espectaculares por el número de jugadores que reúnen; aunque tengo mis dudas porque mira que si quitan también el juego y nos dejan el tiempo para pensar, ¡peligro de verdad!.