Hablamos para consumo del propio presidente de la Diputación, que nos trae de cabeza al resto pensante, porque cuando lo vemos cada día en un periódico que le canta sus excelencias nos llegamos a creer por un momento que son ciertas, las excelencias, hasta que pronto sale un dato público en cualquier otro periódico contraatacando tal publicidad y propaganda y contradiciendo. Es el tiempo oscuro de los Medios en crisis que según vaya la fiesta reman hacia un lado o el contrario, aunque es verdad también que nadie puede ser tan dogmático que no sea dios para calificar el tiempo. Pero el caso es que pasaba por aquí la noticia de que las ventas efectuadas por los negocios de la provincia al país norteamericano durante los últimos dos años no han evolucionado al ritmo que marcó el desembolso de la Diputación, solo el año pasado de 200.000 eurazos del erario público, sino mas bien, al contrario, retrocedieron ligeramente en una tendencia marcada ya el año anterior, otro año donde la inversión en más misión comercial desde la Diputación rondó al menos igual cantidad millonaria.
El presidente Baltar nos aseguró entonces que estas iniciativas, que incluía reuniones personales entre empresarios americanos y locales, «podría transformar a Ourense». Pese a las fotografías de cantidad de sonrientes personas movilizadas por la Diputación y Confederación de empresarios (los segundos reciben de los primeros subvención de 100.000€ para…, ¿para esto?, ¿para ser cómplices de estas cosas que no van a ningún lado pero que inicialmente venden?) parece que la cosa no fue bien, según los datos publicados por el Instituto Español de Comercio Exterior, Icex, que indica que las ventas a empresas de USA habían bajado un 13 %. ¡Vaya misiones del carajo!; aunque tampoco podemos esperar resultados inmediatos de cualquier negociación, triunfalismos los justos, por favor, y que la cosa está muy verde pues que decir sino Verde, Verde, Verde.
Ourense no necesita más motos gripadas para correr en circuitos modernos sino honradez, trabajo, capacidad y competencia, virtudes que no vemos fácilmente en agentes del MDI o Movimiento Demográfico Invertido.