Nuevamente en el punto de mira porque, pese a que el silencio protector de la inacción administrativa y política parezca por momentos que impone la verdad legal, la realidad es que oscuridad y falta de transparencia en la gestión de esta concesión saltan al cuello de la dignidad cívica y ‘alguien’ siempre se rebela. En el caso que afecta a cuestiones municipales y políticas ese alguien suele ser Democracia Ourensana, guste o no sus maneras, pues de boca y en privado mucha gente se indigna pero en público y con hechos sueles ser esos mismos. Así anunció Democracia Ourensana a través de un comunicado de prensa, en el que acusa al equipo de Jesús Vázquez de «inacción con dolo» en el expediente de este establecimiento, que tiene entre sus socios a María Josefa Caldelas, mujer del presidente de la Diputación de Ourense, José Manuel Baltar, que: «Lucharemos con todos lo medios para que en este año 2018 se recupere la posesión de La Central para los intereses del Concello -actualmente cobra 0,60 euros al año- ya que es cuando expira el contrato original, pero mucho nos tememos que el PP del Concello hará todo lo posible para contentar a su amo, quedando demostrado que Jesús Vázquez solo es un títere de José Manuel Baltar», explica el partido liderado por Gonzalo Pérez Jácome.
Los antecedentes de la polémica sobre la concesión de la céntrica cafetería, según se puede leer en La Voz de Galicia (aquí los medios de comunicación ya sabemos que recogen las noticias según criterios distintos) se remonta ya al anterior mandato. En el año 2014 se creó, a instancias del grupo del BNG, una comisión de investigación sobre las supuestas irregularidades de esta cafetería. Una de las principales dudas estribaba en si el hotel podía o no subalquilar un local a terceros. Durante la propia comisión se destapó la desaparición de documentación fundamental del expediente y apenas se convocaron reuniones de la misma. Con la llegada del PP al gobierno se iniciaron una serie de expedientes para retirar los veladores y también recuperar la concesión. «Ante el interés de activar la legalidad por parte de la concejala Belén Iglesias, el grupo de gobierno decide moverla de la concejalía y ponen al frente a Flora Moure para así frenarlo todo. Pasados los meses, se mantiene la ilegalidad y la prevaricación por parte del grupo de gobierno y todo para no perturbar los intereses de la mujer del jefe del alcalde de Ourense en su enriquecimiento ilícito por un negocio en suelo público que no cumple la legalidad», explican.
Bueno, pues para el fin de semana ya tenemos tema para reflexionar, pues si se consiente algo así a la vista de todos, en el centro de Ourense, qué no podemos sospechar que suceda entre bambalinas, como, por ejemplo, pueda ser la presunta financiación ilegal de algún partido que la jueza Pilar de Lara no saca ni a la de tiros, Dios sabrá por qué.