Ciertamente la lectura nos reconforta y da fuerzas para seguir haciendo nuestro propio camino aunque alguna vez sintamos que es opuesto al cómodo y más útil estilo de vida. Pero, sin duda, más divertido y más auténtico si lo notas dentro, y la postura incómoda, aparentemente, no lo es tanto y reconforta.
Como los pajarillos que pintó Aitor Saraiba un buen día, a ver si lo repetimos con motivo de la presentación de un nuevo libro suyo, que destaca al naranja seguido de uno más pequeño frente al resto de los peces que van a favor de la corriente, hoy recordé haber leído una anécdota preciosa de Foster Wallace contada en una conferencia en Estados Unidos a estudiantes del Kenyon College, sobre el valor de la cultura auténtica, tantas veces alejada de la institucional y política que la compra y vende como pura mercancía útil:
Había una vez dos peces jóvenes que iban nadando y se encontraron por casualidad con un pez más viejo que nadaba en dirección contraria; el pez más viejo los saludó con la cabeza y les dijo: ” Buenos días, chicos. ¿Cómo está el agua?”. Los dos peces jóvenes siguieron nadando un trecho; por fin uno de ellos miró al otro y le dijo: “¿Qué demonios es el agua?”.
Pues eso,