Bueno, pues no pudimos celebrar con pasta el 22, tal como queríamos al pasar el gordo de largo por nuestra casa. Habrá que seguir guardando la pancarta que espera ese día jubiloso para cantarle las cuarenta a alguno. Sí, mientras tanto no la sacamos, uno puede ser valiente pero nunca temerario, y aquí contra el que se tira no es el vecino de la buhardilla sino contra aquellos que habitan palacios, pero no por ser palacios sino porque los habitan quienes los habitan actualmente. En fin, la lotería pasó pero no pasó el día de cualquier manera, y os cuento.
Comencé siendo robado al tener a media persiana abierto y mientras me ausenté de la barra para atender los correos en mi despacho de la radio. Un ladrón de poca monta y cabrón, pues no puede ser de otra manera aquel que roba a un gilipollas que aún se cree que no hay gente de esta calaña por mi calle; nos levantó de la caja sobre doscientos eurazos que nos cuesta ganarlos más de un día de trabajo, pero que le den por donde le quepa su miseria, entre otras cosas porque no merece la pena que además de robados te enturbien el ánimo para perder un día de tu vida.
Llegaron los amigos para los que dejo el viernes la persiana medio abierta y nos tomamos el café como de costumbre entre conversación y risas, aunque otro amigo apareció que me llevó a dejar el grupo para disfrutar también de su compañía que por no vivir en Ourense no se da todos los días. Los mindfulenes del viernes hacen su encuentro semanal y al acabar salimos todos, y cada uno a su destino.
Por la tarde, tomo café con los músicos que actuaron el día anterior, Dani Domínguez, Ton Risco y Joan Masana, con quienes hablo de la cierta anarquía en el espectáculo de la música de jazz, sin cachés fijos ni continuos, con apariciones en locales de la misma ciudad donde en uno se cobra por verlos para poder pagarlos y en otros no se cobra porque la meada del dueño del local es poderosa para marcar territorio de quien es quien en la ciudad para organizar música de jazz. En fin, teimas de uno que uno conlleva de esa manera, a sabiendas de que paga mejor que otros porque entiende de la dignidad del artista pero que sufre la sumisión del mismo artista frente a una dinámica que, como decía antes, es anárquica. Aquí también pasa lo que con el resto de la cultura, que irrumpe un organismo como el AGADIC tratando de marcarse un tanto subvencionando actuaciones según relación de locales y músicos que pasan por su cedazo. Ahí no estaremos, porque mientras tanto asoma esta patita sensiblona y colaboradora al tiempo apareces las tres restantes falaces como ella sola por la falta de medidas fiscales y laborales que deberían tratar mucho más generosamente a todos los agentes y artistas de este mundo cultural (IVA, IRPF, Seguridad Social, etc…). Un café agradable el tomado con esta gente a pesar del tema comercial que debemos conciliar. Más tarde una escritora venezolana vino a traer un poemario para el concurso cuyo plazo finaliza el día 31 y conocí a una mujer fuerte y valiente que lleva recorriendo mundo varios años buscándose la vida entre la música, poesía, danza y la asistencia social y enfermería (que le da de comer). Llegaron los de la fotografía y ahí sí que uno debe hacer la reflexión de porqué le compensa el esfuerzo de tener un “elcercano” en la ciudad de Ourense, y comprende que siempre así ha sido, que si los oficialistas de hoy claman por la ATenas de ayer es porque ayer había otro “elcercano” u otros, como el Volter, donde se producían los hechos culturales más importantes por libre de la ciudad. Y es que los lugares públicos pero que están al marfen de los grandes Liceos o Ateneos o instituciones formales oficiales, a veces son mucho mas ricos y vivos, como toda la historia de la literatura nos cuenta acerca de los cafés, vieneses, parisinos, madrileños, ourensanos… En fin, con escritores de la talla de Lamas, Chesi, Mato o Darío Villanueva, juntos con la sonrisa abierta, uno vibra frente a la literatura por mucho que no salgan fotografías en prensa. Salen en la página elcercano para futura historia del que cien años después investigue donde se reunían éstos. Mientras éstos se enjuagan la garganta entre cañas en la barra, en la última mes de la terraza otro escritor joven, Manuel Lorenzo, se toma sus chupitos con el periodista Sarria. Con distintas personas más pasé el resto de la tarde, entre ellos dos jóvenes, Cándido y Cris, con quienes se puede hablar ya de la vida a través de los libros que leen con una avidez que recuerda los mejores momentos de lector que jamás haya tenido. Y llegó Julio Dorado, otro espectacular personaje, al que se lee en La Región varias veces en la semana con un gusto que es rico. Para finalizar, antes del cierre de la persiana de este bar, acabamos con Pablo Sax el músico que no tiene reparos en tocar en la calle después de hacerlo en cualquier local de culto de jazz europeo.
¿Entienden por qué sin ser negocio económico me enriquezco cada día en elcercano? pues helo ahí. Y perdonen la redacción apresurada y seguro que con faltas de construcción básicas pero ando con prisa y quería contar simplemente que sí hay otros caminos quizás menos a la vista de la farándula pero que son riquísimos. Por supuesto, abiertos a todo aquel que no coma prejuicios y nos tachen de pijo, progres, o imbéciles, como tantos hacen sin tener el principal motivo de su parte cual es el conocernos.