Guardábamos este apreciado obsequio del escultor gallego Camilo Seira, un chorizo de piedra de su exposición último dedicado a la matanza, que ayer hicimos entrega a Carlos Abella para agradecerle su generosa colaboración a lo largo de años con degustaciones varias de los chorizos que cada año preparaba del cerdo que a propósito le mataban en Lugo. Como quiera que la gota colmó el pie del amigo este año ha decidido no seguir matando cerdos para su consumo, de ahí que parezca oportuno el agradecimiento en forma de escultura para que recuerde lo mucho que lo apreciamos en elcercano. Por supuesto, abandona el territorio cercano los chorizos de los cerdos de Carlos que no el propio Carlos que seguirá cercano aunque tenga que consumir agua.
Chorizo de piedra a Carlos Abella
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