La dirección de comunicación del grupo mediático envía a más de 90 periodistas un artículo que tacha a este diario de “homosexualista y cristófobo”. Además, se especula sobre la vida privada del presidente y director de EL ESPAÑOL, Pedro J. Ramírez.
Ante este acoso proveniente del grupo favorecido por el poder político, el director de El Español envía la siguiente carta a los suscriptores
Queridos accionistas, suscriptores y amigos de EL ESPAÑOL:
Me dirijo a vosotros para daros de nuevo las gracias por vuestro apoyo y para pediros que lo extendáis y lo reforcéis ante la campaña intimidatoria que el Grupo Atresmedia ha desatado contra nuestro periódico.
Durante los 37 años que he dirigido periódicos, primero Diario 16, después EL MUNDO y ahora EL ESPAÑOL, mis colaboradores y yo hemos demostrado que anteponemos el derecho a la información de los lectores a cualquier otra consideración.
Por desvelar su implicación en la trama de los GAL, el gobierno de Felipe González forzó mi primera destitución. Por desvelar la financiación ilegal del PP, los sobresueldos de Génova y sus SMS de apoyo a Bárcenas, el gobierno de Rajoy forzó mi segunda destitución.
Durante casi cuatro décadas hemos denunciado los abusos de cualquier partido y de cualquier poder fuera político, mediático o financiero. A menudo en solitario o con muy poca aunque valiente compañía. Eso nos ha valido vetos y agresiones de toda índole.
Es lo mismo que vuelve a sucedernos ahora que el cáncer de la corrupción se reproduce fatalmente en la cima de la sociedad española. EL ESPAÑOL está distinguiéndose por su información sobre la Operación Lezo, que ha llevado a la cárcel a Ignacio González, y en concreto sobre la implicación de altos directivos del Grupo Atresmedia en cuyas manos está la mitad del duopolio televisivo.
Es tan inmenso el poder de este grupo manejado por Mauricio Casals que la mayoría de nuestros colegas prefiere ponerse de perfil. Para mantener esa capacidad de intimidación, el Grupo Atresmedia, no contento con excluirnos de todos sus programas, abusando de sus concesiones públicas, ha iniciado ya una campaña de represalias. En concreto su Departamento de Comunicación ha difundido mentiras despreciables contra nuestro periódico.
Ahora nadie puede echarnos de EL ESPAÑOL porque, gracias al crowdfunding, a la participación de grupos y personas de confianza y a la inversión de mi indemnización en EL MUNDO, la mayoría accionarial está sobradamente asegurada. Pero la independencia de EL ESPAÑOL pasa por su viabilidad económica. Hasta ahora hemos cumplido estrictamente los objetivos empresariales marcados en nuestro plan de negocio pero nada apuntalaría tanto nuestro proyecto a medio y largo plazo como el aumento del número de suscriptores.
Por eso os pedimos a los accionistas que sigáis confiando en el proyecto.
A los suscriptores, que renovéis la confianza que pusisteis en nosotros.
A los lectores, que deis el paso y os convirtáis en suscriptores.
Y, en general, a todos vosotros que difundáis EL ESPAÑOL en vuestros círculos.
Pedro J. Ramírez Director de EL ESPAÑOL