Vigo cambia. Ypara bien. Al menos es lo que le parece al visitante que acude a la ciudad olívica de vez en cuando. Intervenciones urbanísticas que dan lugar a un mayor protagonismo peatonal. Aceras anchas donde estaban estrechas. Recuperación de fachadas con intervenciones artísticas importantes. Escaleras mecánicas que te aúpan hacia el Castro desde el Nautico sin sentir las grandes pendientes. Se espera ahora la transformación de la panificadora, el Xeral reconvertido a Ciudad de la Justicia, el nuevo edificio de la Seguridad Social donde solo hay solar abandonado, etc. Desde luego se mueve Vigo como no lo hace Ourense, por ejemplo. La última es la plaza peatonal que se prevé en pleno centro, Porta do Sol, donde el tráfico se canalizará a través de un túnel con doble sentido de circulación situado entre las calles Policarpo Sanz y Elduayen. Una inversión de 8,63 millones que solamente es el doble de la malgastada en el Centro de Interpretación de los Parques Naturales que nunca será en Ourense, allá cerca de Outariz.
Se prevé que la plaza estará a mediados de 2019 y aquí veremos si la estación de tren tiene simplemente aparcamiento subterráneo. Pero no se preocupen que Ourense tiene fiesta y la Molinera, este Gaiás pequeñito que se empeña en hacer la competencia a todo negocio privado que se sustentara en la formación de cursos y talleres. Gran dinamizador de paro acabará por cerrarnos los locales abiertos a unos cuantos, pero como son tan generosos seguro que le impartirán conocimiento y cultura emprendedora a las cuatro personas que perderán su trabajo cuando cierre yo mi chollo. Vigo, siento por primera vez que tú estás en otra cosa. ¿Será simple apreciación de síndrome de quemado o la pura realidad de una situación tensa? De momento, felicidades por la Porta do Sol.