Nos referimos a la segunda fila, pues los de la primera y pareja mixta, al contrario, parecen tener más que eso, según dices. No, los que parece que no tienen demasiado feeling si nos dejamos llevar por la imagen son Errejón, que ha retrocedido no solo fila en su posición en el Congreso sino también a nivel orgánico tras su Vistapena a tenor de los resultados de ese congreso. Iñigo perdió la silla que ocupa ahora Irene para situarse al lado de Alberto Garzón, quien no es precisamente aliado natural de Errejón. No hay que ser muy perspicaz para darse cuenta de que la simpatía entre ellos no va a ser su ligazón pues la frialdad entre ellos ha quedad de manifiesto desde este primer día de juntos pero no revueltos. Aquí vemos también un aspecto de la nueva psicología humana respecto a protegerse del silencio que proporciona la falta de diálogo entre dos personas que están juntos, y es el uso del móvil como cómplice para no cruzarse la mirada con el otro. Pasa en la calle cuando vemos llegar de frente en la misma acera algún personaje que no queremos saludar pero no tenemos arrestos para hacérselo notar, que pillamos el móvil de inmediato y lo acercamos a la oreja para establecer una conversación imaginaria con un señor desprecio con tal de no dar ni agua al enemigo.
Por supuesto, no fue este el único cambio podemita de escaños sino que como últimos de la fila ya están Tania Sánchez, Miguel Vila, ALberto Montero o Ana Terrón, y a la penúltima han ido Ángela Ballester, el ex magistrado Juan Pedro Yllanes -uno de los fichajes estrella del 20-D, o la actriz Rosana Pastor, todos ellos afines al que fuera número dos de Podemos. Como verso suelto en la cuarta fila Carolina Bescansa estrenaba también escaño.