Es difícil soportar tanta prepotencia, desprecio a los demás e indiferencia hacia el bienestar público. Y más difícil de llevar resulta por la complicidad del poder político. Estamos refiriéndonos a la forma de llevar la construcción de esta casa que otrora fue el Hotel Parque de Ourense. Creía que íbamos para cinco años pero ayer me dijeron que son ocho los años que llevan haciendo esta obra. Podría ser por falta de medios o de licencias pero no está detenida sino es el ritmo que le marca la propiedad. Día a día vemos al pasar delante de este edificio como un obrero, o dos, o tal vez tres, siguen trabajando, pero cualquier observador puntilloso convendrá en explicar que a ratos, que los trabajadores no están siempre ni mucho menos. De momento, en la acera sigue ese bloque de cemento para que lo pise el camión de turno, como el que se ve en esta foto, para la descarga de material oportuna; de momento, las cargas de material se hacen sin observar cierres acotados en la acera para evitar cualquier accidente al colgar de la grúa; de momento hay que pensar que no haya vientos peores que los recientemente pasados y que tumben la grúa permanente que nos vigila callada desde lo más alto. No sé si hay normas urbanísticas al respecto pero si no las hay debería haberlas, en el sentido de que todo debería tener un plazo cuando hablamos de incomodidades y riesgos para la ciudadanía. NO puede ser que la empresa que interviene de la Ceca a la Meca no sea capaz de acabar la casa del jefe de ella. Pero puede ser menos todavía que la autoridades silben y miren para abajo en lugar de hacerlo para arriba.
- Sección: Noticias, Varios
- Publicado el 6 febrero 2017
- Por Moncho
¿Quepasa?
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