Sé que vivimos tiempos convulsos. Por todo tipo de situaciones. Desde el terrorismo a la falta de trabajo y sustitución progresiva de la mano de obra a cargo de robots. Por la falta de liderazgos morales e intelectuales, por la banalidad de la época y su cultura de ‘entretenimiento a toda costa’. Sé que el hedonismo es imperante y los nuevos códigos de las relaciones humanas pasan su filtro. Pero, sinceramente, estoy abrumado por lo que me está pasando últimamente. Y es que no paro de recibir correos de mujeres que quieren conocerme y contactar conmigo. Al principio aún pensaba neciamente que algo seductor habitaba en mí, pero no, no puedo creerme que pasados los sesenta y felizmente casado, una mujer, y en este caso muchas, estén tan interesadas en mí. Pero no miento. La cosa está en que recibo continuamente esos correos. Hoy, sin ir más lejos, he recibido en el transcurso de la noche, desde las 00:01H, hasta ahorita mismo en que escribo mi angustia, porque es verdad que ya me provoca cierta angustia, más de diez contactos de Helen, Michelle, Dyane, María, Nancy, Doris, Ros, Sonja, etc …, y alguna por Facebook que me envía fotos como ésta que acompaña mi relato, que desean mi contacto. Sin demasiado tacto, por cierto. Así desde hace un tiempo. Yo no me explico que les puedo dar, porque no les doy nada, es más, creo que no conozco personalmente a ninguna. Tendré que hacérmelo ver.
Lo que más me mosquea de todo es que sean hermanas, o primas, porque todas se apellidan igual: SPAM
La verdad, me gustaría que si alguien conoce a alguna les diga o cuente que no estoy por la labor, porque me abruma y ataca mi debilidad humana, pues quiero ser muy espiritual pero ¡coño! tengo ojos en la cara y calor en el cuerpo. ¡Basta ya de tentar a este diablillo que yo soy!. Por favor, insisto, si alguien conoce a la familia SPAM que hable con ella y les diga que no me toquen los cojines con tanto interés por parte de las chicas.