El tema se levanta en mi cabeza a la vista de la separación del magnate Pedro J. y la modista Ágatha. Cuando treinta años son casi más que la mitad de una vida, y ésta es compartida con otra persona, parece que es blindaje suficiente para no explorar otras relaciones que quiten más de lo que dan. Indudablemente, que la libertad individual por pasar a mejor vida, o sea, elegir con quien levantarse de la cama cada día rozando su piel prevalece sobre cualquier historia escrita juntos y familia. Es el amor que abandona la relación o el amor que irrumpe desde otra orilla en la persona que no se resiste a volver a sentirse con ilusión. Casi un misterio, pero un misterio que arrebata cualquier lógica. Son muchos a los que les pasa. Muchos e inteligentes como Pedro J. o Vargas Llosa; muchos que dejan a su cónyuge medio tirada en el camino por una mujer más joven que los revitaliza. Borges, Cela, Moravia y un largo etcétera sucumbieron a este mismo relato de hombre mayor deja a su esposa ídem por una mujer más joven. Así ha ocurrido ahora con Cruz Sánchez de Lara, abogada especialista en Derechos Humanos y violencia de género, que ha disparado la curiosidad del vulgo saturándose su página por un exceso de tráfico. Consejera de EL ESPAÑOL, ahí puede estar la razón de una amplia y extendida relación donde el corazón no salta a la primera sino poco a poco con el contacto diario. En fin, ¿Qué pasa por la cabeza de un hombre ya entrado en años para dejar una sólida relación en favor de una nueva? ¿Pasa lo que pasa con la otra cabeza que le llaman? ¿Sexo, viagra y rock?
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1 comentario en “¿Que le pasa al amor cuando llevas treinta años haciendo vida en común entre los supuestos que se ama?”
aaaaa