En un mundo ideal (al estilo Huxley), los malos de la película no son capturados después de haber cometido el asalto, el robo a mano armada, el asesinato. Los malos son interceptados antes, mucho antes, de que se vuelvan malos. Y con buenas palabras, terapia y ejemplos, los malos deciden no hacerse malos. Este es el escenario idílico que plantea un nuevo programa piloto de Google (o, para ser más exactos, una nueva manera de aplicar su ya sofisticado sistema de anuncios personalizados con un objetivo más altruista y menos comercial). El plan es localizar usuarios proclives al mensaje del gran enemigo de Occidente, el Estado Islámico, y susceptibles de ser reclutados ‘online’, y ofrecerles una serie de anuncios específicos para ellos, en los que disimuladamente dirigirles a contenidos que refutan las tesis del ISIS y podrían ayudar a quitarles de la cabeza la idea de unirse al ‘Califato‘.
Hace años que los gobiernos de todo el mundo, empezando por el de Estados Unidos, se rompen los sesos buscando maneras de ganar la guerra de propaganda que se libra en internet contra un enemigo cada vez más sofisticado. “El ISIS 2.0 se ha convertido en una gigante maquinaria mediática“, aseguraba Richard Stengel, vicesecretario de Diplomacia del Gobierno estadounidense, en la presentación, en el Brookings Institute de Washington, de este experimento de lucha antiterrorista digital liderado por Google. “No trabajan solo en las redes sociales sino en carteles, quioscos de prensa, televisiones”. Cómo luchar contra esta potente maquinaria de reclutamiento ha sido “la pregunta perenne que ha obsesionado al Gobierno americano durante más de una década”, explicaba William McAnts, experto de Brookings, en el mismo acto.
El sector privado ha venido en su ayuda, y quién mejor que el propio Google, la herramienta que la gran mayoría de usuarios de internet usan cotidianamente para casi todo. Un programa piloto desarrollado por una incubadora del gigante tecnológico, llamada Jigsaw, que ha puesto en práctica durante un periodo de dos meses un plan ambicioso que, aseguran, ha dado prometedores resultados. La idea es casi obvia: el motor del buscador incorpora una serie de palabras clave muy cuidadosamente definidas (todas aquellas que los expertos han determinado denotan en el usuario un interés por averiguar información sobre la lucha del ISIS con predisposición a aceptar las tesis de este). Cuando el usuario teclea en Google alguna combinación de estas palabras (1.700 en árabe, 1.000 en inglés), además de los resultados que de manera logarítmica Google ofrece como en cualquier búsqueda, aparecen dos o tres anuncios como primera opción. Se trata de cebos inteligentemente disimulados que llevan, una vez el usuario pincha en ellos, a listas de vídeos en YouTube que han sido específicamente seleccionadas para ofrecer una narrativa alternativa que refuta las principales tesis del ISIS.
El piloto se puso en marcha, tras meses de investigación, en un periodo de cuatro semanas. En ese tiempo, Jigsaw y sus socios en el proyecto, la Fundación Next Gen de California, la ‘startup’ londinense Moonshot CVE (siglas que corresponden a Counter Violent Extremism) para la parte en inglés y la consultora de medios libanesa Quantum Communications para la parte en árabe, han podido medir el alcance de los anuncios: 500.000 minutos de vídeos vistos en dos meses por 320.000 usuarios (la gran mayoría en árabe); con una permanencia muy superior a la que, de media, un usuario está viendo una ‘playlist’ de Youtube. Los anuncios aparecen tanto por escrito como en los resultados de búsquedas de imágenes o vídeo. Con cebos del tipo: “Experimenta el Califato“; “Yihad, ISIS, Siria: ¿tienes dudas? ¡Mira nuestros vídeos!”, o “¿Cómo es la vida en el Califato?”. Las ‘playlists’ que se han elaborado tienen 160 vídeos agrupados por las diferentes temáticas.
¿Quiere decir esto que el método es ‘eficaz’? “Evidentemente, es imposible medir a cuántos de estos individuos les hemos convencido de no unirse al ISIS; pero sí podemos ver estos datos como muy positivos en cuanto a que podemos ‘atrapar’ a este tipo de usuario, muy proclive ya a la narrativa del ISIS, y exponerle a varios minutos de una narrativa que rebate todos esos mensajes“, explicó Yasmin Green, directora de investigación de Jigsaw, que se entrevistó con varios excombatientes para averiguar, por ejemplo, qué tipo de términos son los más buscados y qué tipo de retórica desvela una postura ideológica cercana al Estado Islámico.
“Los individuos que están interesados en unirse al ISIS buscan contenido relativo a su competencia militar, a su eficiencia como Gobierno. Creo que muchos seguidores del Estado Islámico buscan respuestas a problemas que el ISIS no les va a resolver. Se apuntan sin saber muy bien a qué se están apuntando”“Los individuos que están interesados potencialmente en unirse al ISIS o en su mensaje buscan contenido relativo a su competencia militar, a su eficiencia como Gobierno, a sus posturas religiosas”, enumeró Green. “Hay también cierto grado de ingenuidad en los usuarios muy jóvenes, que quizá pinchan en contenidos muchas veces teniendo en cuenta el aspecto que tiene, no tanto el fondo del mensaje”, matizaba Ross Frenett, cofundador de Moonshot y uno de los líderes del proyecto. “Continuamente observábamos qué contenido funcionaba, y conseguía clics, y qué contenido era completamente ignorado, y cambiábamos sobre la marcha. Hacía falta no ser aburridos, no ser abiertamente anti-ISIS, usar verbos en forma activa”, explicó. “Creo que muchos seguidores del Estado Islámico buscan respuestas a problemas que el ISIS no les va a resolver. Se apuntan sin saber muy bien a qué se están apuntando. Y la información está ahí fuera, solo hay que ayudarles a encontrarla”, argumentaba el director de Moonshot.