Este diálogo es extraordinario en torno a una pintura, que fue, dejo de ser y volvió a ser por haber sido y dejado de ser. Nos precalienta el día que pronto va a llegar a elcercano.
Rauschenberg: Aquí tienes un papel, Willem. Ahora pínta…me un cuadro. Me da igual lo que pintes o si es bueno o malo.
De Kooning: ¿Por qué?
Rauschenberg: Tengo intención de borrarlo.
De Kooning: ¿Por qué?
Rauschenberg: Eso da igual. A cambio del cuadro te repararé el tejado.
De Kooning: Vale. Creo que utilizaré lápiz, tinta y lápiz graso.
Rauschenberg: Como quieras.
(cuatro semanas más tarde)
Rauschenberg: Bueno, tuve que gastar cuarenta gomas, pero lo hice.
De Kooning: ¿Hiciste qué?
Rauschenberg: Borrarlo. El cuadro que me pintaste.
De Kooning: ¿Has borrado mi cuadro?
Rauschenberg: Sí.
De Kooning: ¿Dónde está?
Rauschenberg: Tu cuadro ya no existe. Lo que queda es mi borradura y el papel, que era mío, para empezar.
(Le enseña el dibujo a De Kooning)
De Kooning: ¿Lo has firmado?
Rauschenberg: ¿Y por qué no? Es mi obra.
De Kooning: ¿Tu obra? Mira lo que le has hecho a mi cuadro.
Rauschenberg: Buen trabajo, ¿eh? Borrarlo fue muy pesado. La muñeca todavía me duele. Lo he titulado Dibujo borrado.
De Kooning: Muy hábil.
Rauschenberg: Ya lo he vendido por diez de los grandes.
De Kooning: ¿Has vendido mi cuadro?
Rauschenberg: No, yo he borrado tu cuadro. Lo que he vendido es mi borradura….