Pues sí. Gran repercusión. Hoy nos levantamos con suplemento periodístico completito a nivel local (nunca entenderé ‘de todo’ la finalidad publicista dirigida a un público que no hay que captar, en este caso el ourensano) sobre la Vuelta ciclista a España. Un éxito político de quien tiene como objetivo el ruido, el circus, la propaganda mediática, pero un éxito relativo para una provincia en la cola del pelotón, y desgraciadamente no pelotón ciclista sino pelotón socio-económico de toda la Nación. Porque estamos en éstas, en el cierre de calles, suplementos especiales, presentaciones, y todo lo demás tan multicolor que arrastra ‘cualquier’ vuelta ciclista a España, cuando en el mismo día se publica el dato estremecedor, más que gris diríamos que negro y en titular por deméritos propios, de la emigración juvenil ourensana: ‘aumenta la misma hasta niveles del 2010’, habiéndose ido de Ourense en el año 2015 exactamente 403 jóvenes entre 20 y 29 años.
Además de este pan y circus moderno al que nos tienen ya casi acostumbrados, si tenemos en cuenta las pocas voces que se levantan del sofá para denunciar la situación y tratar de revertirla, lo curioso de este éxodo es que choca frontalmente con uno de esos programas europeos de intercambio que se crean para un conocimiento de la realidad del país extranjero al que se acude a fin de adaptar esa experiencia de vuelta a casa y que lo consigue es que queden atrapados en ese mismo país al que van a aprender y no vuelvan a la tierra, tal como hemos podido leer en alguna entrevista a jóvenes que así lo reconocen.
En fin, que el gris tirando a negro real durante tres o cuatro días se verá a través de unas gafas únicas a todo color. Lo que no sabemos es cuánto nos cuesta realmente esta diversión que resulta verdadero lujo para nuestra realidad. Sin duda, cueste lo que cueste ya saben quien gana, sí, eso, los mismos de siempre, que gravitan en torno al poder político que es quien paga. Ay, si Sánchez Ferlosio estuviera invitado a la fiesta cuánto se escandalizaría con otra prueba real de la vida de ocio, espectáculo y entretenimiento en que se ha convertido nuestra sociedad y que él tan alto denuncia ¿verdad Arcadi?