Después del asociacionismo vecinal que se alentó desde los regidores políticos locales para poder tejer una buena red clientelar, y por mucho que nos cuenten los sofistas alcaldes que el fin no es espurio sino noble y de aspiración a ayudar en los problemas de la ciudad no nos creemos nada. Si los representantes elegidos electoralmente fueran verdaderos representantes por distritos y despacharan semanalmente en sus barrios con sus vecinos no haría falta apoyarse en otras figuras que nadie elige y que cuestas, además una pasta. Pues bien, después de este asociacionismo que ya se ve no aporta nada viene ahora la alcaldesa de Madrid con otra historia similar. Y no aprendemos.
Sí. El Ayuntamiento de Madrid se ha propuesto poner solución a parte de la problemática vecinal de una manera diferente, con un nuevo plan de seguridad de la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, que pretende crear una Policía Comunitaria paralela con jurados “vecinales”, que se presentarían al cargo de manera voluntaria. Todo ello estará supervisado por un gestor de barrio político-policial que será designado por el propio consistorio madrileño. Será aquel que conozca “a fondo el barrio y es conocido por el barrio”: “Es quien impulsa y fortalece la gobernanza sobre el terreno”.