Me cago en las fiestas de Ourense. No porque no desee la alegría de la peña que las disfruta sino porque más que fiestas de Ourense son fiestas para el casco viejo y a los demás que nos den. Me explico. Aquellos que tenemos pequeñitos negocios de hostelería, léase café en nuestro caso más ‘cercano’, sufrimos la competencia desleal y exagerada que procura nuestro propio Ayuntamiento al trasladar al entorno de esta parte de la ciudad todo el ocio y distracción del espectáculo musical y cualquier otro; a los demás que nos folle un pez o vaciarnos los establecimientos porque allí regalan lo que el público acepta porque … Claro está que, además de la puta discriminación -perdonen el lenguaje pero el énfasis de mi cabreo así lo exige -, estamos en contra que el espectáculo se pague con el dinero público a no ser en muy contadas ocasiones, que en este caso de las fiestas de Ourense excede el límite razonable. Si pagamos el agua, tan necesaria en la vida diaria como resulta para cocinar o lavarse o saciar a la sed, o pagamos la recogida de basuras para no vivir entre la mierda que fabricamos, etc., ¿por qué carajo no se va a cobrar el ver a Fórmula V, por ejemplo, que solo afecta al máximo que cuentan las crónicas de 4500 asistentes y por un rato? Espero de la sensibilidad de estos gobernantes nos eximan a los negocios hosteleros de fuera del casco viejo de pagar los impuestos de este año o que nos paguen los gastos de empleados y demás gastos fijos que tenemos igual aunque nos sisen los clientes. ¿Lo entenderán?
- Sección: Noticias, Varios
- Publicado el 1 julio 2016
- Por Moncho
Fiestas de Ourense
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