No hay nada contra dios, el que sea si es buen dios, pero de ahí a que en la calle nos canten con amplificación de muchos watios pues va a ser que no, que no debemos sufrir los impactos sonoros más allá de lo razonable. Está bien que esta iglesia, no sé si evangelista o cual sea, trate de hacer prosélitos a su causa en un mundo tendente a los valores únicamente materiales, donde tanto tienes tanto vales, pero de querer acercar a su dios y salvarnos a la población de lo que ellos sentirán como la perdición a atacar nuestro paseo más sereno con ruido hasta muy dentro, pues no. Además, la progresión en las columnas de amplificación son evidentes, pues ahora llevan torres que si quieren llevan la voz hasta el último de los rincones de Ourense. Los vi en otra ocasión anterior mucho más prudentes y comedidos, pero este domingo multiplicaron el triple el sonido. Lo que pasa es que en estas cosas no se mete la regulación de un Concello que vive para la propaganda y no a solucionar problemas que sean incómodos para la papeleta de la urna, pues son los primeros que montan chiringuitos de ruido cuando les place. Es lo que toca, aunque no toque bien la cosa
- Sección: Noticias, Varios
- Publicado el 10 mayo 2016
- Por Moncho
Domingos
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