Hay campaña en las redes. No queremos que me envíen papeletas ni otra propaganda electoral. Con toda la razón que el mínimo espíritu democrático puede reclamar para dignidad propia y del conjunto social. Hace tiempo que siento una ignominia recibir papeletas en casa como si me tuvieran que llevar de manitas a ninguna votación democrática. Esta oligarquía de los partidos nos obliga a recibir con toda naturalidad lo que es un escándalo por el fin espurio que impulsa la medida, amén de escandaloso por su gasto económico en plena penuria colectiva. Que no nos envíen papeletas a casa porque tal vez puedan provocar con su abuso continuado la reacción popular de limpiarse con alguna de ellas el ano y convertir en annus horribilis a quien le toque en la mesa abrir el sobre que contenga el sucio mensaje. Parece que de otra forma no hay manera.
- Sección: Noticias, Varios
- Publicado el 5 mayo 2016
- Por Moncho
Papeletas
Comparte esta noticia:
Facebook
Twitter
LinkedIn
WhatsApp
Email
Imprimir