Nueve miembros de la dirección de Podemos en Madrid cercanos a Íñigo Errejón han presentado sus dimisiones esta tarde. Es decir, continúa el incendio en el partido morado entre partidarios de Pablo Iglesias y afines a su número dos. Eso sí, los propios dimisionarios niegan que haya discrepancias a nivel nacional entre los dos principales dirigentes. Algo que también apuntan desde el entorno de Iglesias fuentes consultadas por este diario.
Según una carta suscrita por ellos mismos y difundida a través de las redes sociales, los dimisionarios de Podemos en la Comunidad de Madrid son Olga Basolo, Loreto Aremillas, Jazmín Beirak, Sarah Bienzobas, Cristina Castillo, César Mendoza, Pablo Padilla, Clara Serra y Leticia Sánchez, considerados próximos al secretario político de Podemos, informa Efe. Todos ellos eran hasta ahora miembros del Consejo Ciudadano de esta comunidad.
“SUPUESTAS DIVISIONES”
En su escrito, estos nueve ex dirigentes han asegurado que se marchan por “la deriva de los últimos meses” y, eso sí, han negado que dichas renuncias tenga relación alguna con “supuestas divisiones ficticias” estatales y han asegurado que siguen trabajando para el partido.
La crisis interna de Podemos en Madrid estallaba este lunes con la dimisión de Emilio Delgado, hasta entonces número tres del partido en la comunidad. Delgado, cercano a Errejón, se marchaba con duros ataques contra Luis Alegre, número uno de Podemos en Madrid y hombre muy cercano a Pablo Iglesias. La renuncia de Delgado no es casual, sino sintomática, porque evidencia las grandes discrepancias que tienen en la Comunidad dos sectores del partido. La duda estriba en desentrañar si esta división existe también o no en todo el partido morado.
Fuentes del entorno de Pablo Iglesias aseguran a EL ESPAÑOL que “no existe la guerra fratricida que se está vendiendo en algunos medios”. Admiten que hay discrepancias entre varios sectores en la Comunidad de Madrid pero agregan que, como han dicho los propios dimisionarios, este problema “no tiene consecuencias a nivel estatal”. “La distancia que se pinta entre Pablo y Errejón no es real”, apostillan.