Sí, ayer tuvimos con nosotros un montón de jóvenes, que daba gusto verlos porque es un fenómeno cada día más raro. Mayormente eran de fuera, Francia y Alemania preferentemente. Eran ‘erasmus’ de arquitectura en A Coruña que vinieron a Ourense a hacer proyecto de máster de carrera en torno al posible balneario termal que moriremos sin conocerlo, y a elcercano a recibir lección del ex profesor y maravilloso arquitecto Alfredo Freixedo, que con Pedro Diéguez explicaron parte de su obra pública en Ourense. Un lujo contar con nuestra cercana Ester como traductora simultánea de francés. Pero lo curioso es el contraste de esta cantidad de jóvenes juntos con la realidad de nuestro campus que ha perdido en poco más de diez años al cuarenta por ciento de su alumnado (me imagino que no en el mismo porcentaje el de su profesorado: suerte que tienen algunos).
María Esther Ferreiro, Paulina Cortés, Maximina Grande, María Lorenzo, José Luis Álvarez, Manuel García, Aurelio Fernández. Siete nombres que hoy publica La Región en su sección más léida, ‘Esquelas’. Siete personas cuya media de edad llega a los 87 años y eso que uno ha fallecido con 62 años. Lo que quiere decir dos cosas importantes: 1) En Ourense se vive mucho, por encima de la media nacional; 2) Que tal como están las cosas, a este ritmo cada día viviremos un poquito peor pues mes quitan las pensiones fijas. Es la cruda realidad. Una pena que los jóvenes del primer párrafo no fuesen de Ourense o vivieran con nosotros algo más que un día escaso.
Nueva Fundación. La de Vázquez Gulías. Claro está que fue una figura que hay que conocer. Pero una vez más resulta figura de la que alguno quiere obtener algún tipo de beneficio, pues lo primero que quieren es hacer convenios con la Universidad y Administraciones Públicas para captar los fondos económicos que necesitan. O sea, montan la Fundación sin un duro y a producir ingresos a costa de Ourense pobre que por otro lado nos quita a los pequeños trabajadores los impuestos que tanto curro nos cuestan. No, no puede ser que unos vivan a costa de otros por la complicidad de unos gobernantes que parecen no enterarse de lo que es justicia e igualdad. Lo único que deberían procurar los políticos es una ley de Mecenazgo clara y positiva a fin de que personalidades como la de Vázquez Gulías y otras muchas sean conocidas para orgullo de vecindad. Ya está bien, coño, de asaltar lo público falazmente.