Hoy nos recuerdan, o mejor dicho nos muestran con fotografía específica, el problema real y ya antiguo que se deriva de la entrada y salida escolar en Josefinas y Salesianos. Si además este colapso lo hilamos con la lógica alarma social que provoca la cantidad de atropellos sucedidos ya en nuestra ciudad, alarma a pesar de que primeramente convendría analizar las causas de esta casuística, la cuestión pasa a mayores y exige una buena solución. Y aquí lo bueno si breve, malo, porque la solución requiere luces largas y no las cortas del interés político con el que nos conducen habitualmente.
Pues venga ya con la propuesta: Dada la precariedad económica que nos informa el Obispo sobre la Diócesis heredada y la escasez vocacional no sería descabellado pensar en bajar a la casa sacerdotal el Seminario, amén de ocupar en caso de mayor necesidad un espacio próximo al Obispado; de esta forma podrían negociar esa finca maravillosa que divisa Ourense desde una altura como la altura de miras de toda esta operación que sigue. Desalojado estos edificios del Seminario junto a los metros cuadrados de campos de deporte y bosque, no sería ninguna locura pensar que allí podrían ir destinados los dos colegios mencionados y que tantos problemas de tráfico originan a la ciudad. Buenas rutas de autobuses para recoger a los alumnos de ambos colegios, que fácilmente podrían