Los protagonistas del último debate del bipartidismo español: Mariano Rajoy, por el Partido Popular, y Pedro Sánchez, por el PSOE, plagaron este lunes sus intervenciones de datos económicos. EL ESPAÑOL ha localizado las medias verdades, trampas, mentiras y afirmaciones que no pueden enmarcarse más que en la ciencia ficción.
Mariano Rajoy: “2012 fue uno de los años más duros para la economía española. (…) Hubo muchas presiones para que aceptara el rescate y no lo hice. No hubo rescate”.
A esta afirmación del presidente no queda otra que darle la categoría de ciencia ficción. Europa le dio dinero a España en 2012. Al país. Lo hizo para que sanease su sistema financiero, pero se le dio a España, que es quien lo tiene que devolver. Fueron 41.000 millones de euros directos a la deuda pública española. Habría sido un suicidio buscar esa financiación en el mercado cuando a mediados de 2012 al bono español a diez años se le pedía un interés que llegó a superar el 7%. Por eso Europa salió al rescate de España, que ni podía dejar caer sin ir con ellas al fondo a entidades del tamaño que se había permitido alcanzar a Bankia a base de fusionar entidades podridas, ni podía obtener la financiación que necesitaba por sus medios. Es esa deuda pública el motivo por el que Europa, que quería asegurarse de que España devolvía el dinero, le impuso un largo listado de condiciones a este país a través del Memorándum de Entendimiento. Condiciones concretas de política macroeconómica, incluida la creación de una Autoridad Fiscal Independiente para dar fe ante Bruselas del control de las cuentas públicas.
Por si a alguien le quedan dudas de quién pidió el rescate y a quién fue, la introducción del Memorándum de Entendimiento que firmó España empieza así: “El 25 de junio de 2012, el Gobierno español requirió asistencia financiera externa en el contexto del proceso de reestructuración y recapitalización del sector bancario español”.
Mariano Rajoy: “Se ha creado más de un millón de puestos de trabajo entre 2014 y 2015.”
La afirmación del presidente tiene trampa. Para empezar, Rajoy redondea al alza con holgura la cifra de ocupados. Según la Encuesta de Población Activa (INE), el número de ocupados desde cierre de 2013 hasta el tercer trimestre de 2015, último dato facilitado, es de 913.500 ocupados más. ¿Son eso puestos de trabajo? La cifra tiene truco y mucho.
La primera trampa está en lo que omite Rajoy. A pesar del acelerón en el número de puestos de trabajo en los dos últimos ejercicios, el Gobierno del Partido Popular no ha logrado cerrar la legislatura habiendo creado un solo puesto de trabajo neto con respecto a la cifra que se encontró. A cierre del tercer trimestre, según la Encuesta de Población Activa (EPA) había 104.300 ocupados menos que a cierre de 2011, cuando Rajoy se hizo con el poder.
Además, ni siquiera ese millón de puestos de trabajo que ha repetido una y otra vez el presidente que se han creado entre 2014 y 2015 son puestos equivalentes a los que había antes de llegar el PP a la Moncloa. La Contabilidad Nacional trimestral, que da el empleo equivalente a tiempo completo muestra que, entre cierre de 2013 y el tercer trimestre de 2015 el incremento del número de ocupados fue de 781.400.
Este hecho se explica con otro dato que facilita la EPA: la destrucción de puestos de trabajo a tiempo completo frente a la creación, menor en cualquier caso, de puestos a tiempo parcial.
Una realidad agravada porque hay otro dato que demuestra que esta evolución no indica necesariamente que los ocupados españoles trabajen menos horas. Se ha disparado el fenómeno de las horas extraordinarias no pagadas, como demuestra la EPA.
Sánchez: “Les dejamos la hucha de las pensiones casi en 70.000 millones de euros y hoy está en 30.000 millones. Si siguen gobernando, estará a cero en cuatro años”.
Pedro Sánchez hace trampa con su afirmación. El sentido de lo dicho por el líder del Partido Socialista está claro: el Gobierno de Rajoy ha reducido considerablemente el Fondo de Reserva o Hucha de las Pensiones. Y esto es cierto. Rajoy se encontró la hucha de las pensiones con 66.815 millones de euros procedentes de los superávit de la Seguridad Social previos a su llegada al Gobierno y la ha dejado casi en la mitad (48,8% menos). Se marcha con un saldo de 34.221 millones. Pero el líder socialista lo primero que hace es redondear al alza el saldo que dejó el Gobierno de Zapatero y a la baja el que deja Rajoy.
No es sin embargo lo más grave lo que dice sino lo que oculta. El PSOE es cierto que dotó la Hucha de las Pensiones durante los años de bonanza con el superávit que cada año arrojaba la Seguridad Social, como establecía la norma que creó este colchón en el año 2000, con José María Aznar en el Gobierno. Lo que no dice Sánchez es que no ingresaron en la hucha todo el superávit. Hubo 14.000 millones de euros de la Seguridad Social que debieron ir al Fondo de Reserva y que, sin embargo, en cuanto la situación económica se puso fea, se utilizaron para pagar prestaciones por desempleo en los años 2008 y 2009.
Lo que ocurrió después, ya con Rajoy en la Moncloa, fue que los populares modificaron la normativa para eliminar el límite máximo que se podía sacar cada año del fondo. En 2012 sacó 7.000 millones, otros 11.648 millones en 2013 y 15.300 millones en 2014. Este año ha sacado 11.500 millones, muy por encima de lo que pronosticó en los Presupuestos Generales del Estado (8.446 millones).
Todo esto ocurre con la Seguridad Social incapaz de volver a echar dinero en la hucha, con un déficit cronificado que ha llevado a plantearse cambiar la Ley para que los Presupuestos Generales del Estado cubran una mayor tipología de la que ya depende ahora de los impuestos generales y no de las cotizaciones (como son las pensiones no contributivas y los complementos a mínimos).
Sánchez: “Han incrementado en 300.000 millones de euros la deuda pública.”
Verdad a medias. El candidato socialista da un dato redondeado pero cierto aunque prefiere no hablar de cómo creció la deuda con el último Gobierno de Zapatero, fundamentalmente por los déficit desbocados por planes expansivos mal diseñados en pleno derrumbe de los ingresos públicos tras el estallido de la burbuja inmobiliaria y financiera.
Sánchez prefiere no recordar que la deuda pública española estaba, a finales de 2007, antes de la segunda legislatura de Zapatero, en 383.798 millones de euros. Cuando Rajoy llegó al poder, el endeudamiento español alcanzaba ya 743.530 millones y la deja por encima del billón de euros (1.053.996 millones a cierre del segundo trimestre de 2015).
Rajoy: “Nos encontramos la inflación al 2,4% y ahora está al -0,3%.”
Verdad a medias. La inflación se ha situado en terreno negativo pero erigirse en artífice de esa evolución, cuando toda la zona del euro trabaja para salir de esa zona de riesgo, es jugar con las cifras.
Los parámetros por los que se rige la moneda única hablan de situar la inflación por debajo pero cercana al 2%, muy lejos de donde se sitúa desde hace tiempo, coqueteando incluso con la deflación, lo que ha llevado al Banco Central Europeo a lanzarse a lo que no hizo durante lo peor de la crisis de deuda soberana: una política monetaria expansiva sin precedentes en la historia del euro que consiste en comprar cada mes bonos de deuda pública y privada por importe de 60.000 millones de euros.
Mariano Rajoy: “Nos encontramos el déficit en el 9% y ahora lo hemos situado en el 4,2%”.
La afirmación del presidente tiene trampa. Rajoy se agarra al dato de déficit sin contar con las ayudas a la banca. En el caso del dato referido al último año de gobierno de Zapatero, la diferencia es de medio punto de PIB (5.137 millones de déficit derivado de las ayudas a la banca y 96.128 millones del resto de déficit, que hacen un total de 101.265 millones de gasto que no se pudo cubrir con ingresos).
Durante la legislatura del PP, esa diferencia ha tenido picos tan importantes como los 3,7 puntos de déficit del año 2012 en ayudas a la banca (39.068 millones) que, si no se tienen en cuenta dejan el déficit anual en el 6,7% pero, si se incluyen, lo elevan hasta el 10,4% del PIB.
Mención aparte merecería la referencia de Rajoy a que han “pagado las deudas socialistas en materia sanitaria”. Cuando los populares llegaron al Ejecutivo se encontraron con un déficit no esperado de más de tres puntos que les había ocultado el Gobierno de Zapatero. Es la herencia recibida a la que tantas veces han hecho mención. Tras la creación del Plan de pago a Proveedores y el resto de fondos de liquidez para autonomías y ayuntamientos, debieron revisar nuevamente el déficit ante Bruselas hasta situarlo en el 8,9%. Si en la primera subida tuvieron mucho que decir las autonomías, en la segunda fueron además tres muy concretas gobernadas todas ellas por el PP: la Comunidad de Madrid, que afloró un déficit ocultó de 1.000 millones; la Comunidad Valenciana, con 864 millones y Castilla y León.
Mientras en el caso de Madrid, dado su tamaño, Bruselas admitió que pudo ser un ajuste derivado de la crisis, para la autonomía valenciana no sirvió la excusa. La Comisión Europea abrió una investigación por la ocultación durante años del gasto sanitario que acabó en una multa de casi 19 millones de euros.
Mariano Rajoy: “Bajamos el IRPF, sobre todo a las rentas más bajas. (…) ¿No se ha enterado de que ha bajado el IRPF?”.
Que el presidente del Gobierno hable del impuesto de la renta, el tributo que grava directamente lo que ingresan los hogares, afirmando que ha bajado en su legislatura es negar lo que ha ocurrido en tres de los cuatro años en los que ha gobernado. Es decir, es mentira.
El 30 de diciembre de 2011, recién llegados al Ejecutivo, los populares aprobaron un incremento del IRPF en forma de gravamen complementario que afectó tanto a las rentas del trabajo como a las del ahorro. Lo positivo de que fuera esta la fórmula es que la Agencia Tributaria facilita, aunque casi con dos años de tardanza, la recaudación anual exacta de esa propina que se cargó a la espalda de los ciudadanos que menos escapatoria tienen del Fisco: los asalariados, los profesionales, los pensionistas, los pequeños inversores.
Con sólo sumar el gravamen complementario cargado en el impuesto de la renta de 2012 y 2013, que son los que se conocen de momento, ya se obtienen 7.722 millones de euros en la renta general y 1.670 millones de propina en la renta del ahorro. Un total de 9.392 millones que, extrapolándolos a 2014 y teniendo en cuenta que en ese ejercicio ya empezó a repuntar el empleo, podrán llevar a un total de recaudación adicional durante la crisis cercana a los 15.000 millones de euros.
Esa cifra hace imposible que sea real además la que da Pedro Sánchez cuando dice que los españoles han pagado por las subidas de impuestos de Rajoy 17.500 millones de euros. El error del líder socialista es muy común. Se debe a una práctica de la propia Agencia Tributaria, que facilita en sus memorias anuales una tabla en la que dice el impacto de la recaudación de los cambios normativos del año anterior. Es decir, si se sube el IVA en septiembre de 2012, como ocurrió, se recoge el efecto en 2013 pero en 2014 ya no se tiene en cuenta en el cálculo de los impactos normativos que se están pagando, por ejemplo, tres puntos más de IVA general que hasta 2011.
Si se añade el efecto de la subida del IVA, que ronda los 24.000 millones de recaudación adicional, la factura de los cambios de Rajoy en los grandes impuestos se acerca a los 40.000 millones de euros. Rajoy ha rebajado el IRPF dos veces en 2015, eliminando el gravamen complementario que hizo que en autonomías como Cataluña el tipo marginal máximo alcanzase el 56%, pero eso no significa que devuelva lo cobrado. Ni borra algo que le recordó ayer varias veces Sánchez: que mientras todo esto ocurría, el PP aprobaba una amnistía fiscal que permitía regularizar patrimonio primero, se dijo, al 10% y que, al considerarse la prescripción como válida, acabó con un gravamen del 3%.
Mariano Rajoy: “No hemos recortado la prestación por desempleo”.
El presidente empeñó aquí su palabra cerrando el círculo de los debates del bipartidismo y de la legislatura con una mentira tan indefendible que entra de nuevo en el terreno de la ciencia ficción. Fue en 2011, en el debate con el entonces candidato del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, cuando Rajoy calificó de “insidias” las afirmaciones del socialista, quien dijo una y otra vez que el PP, si gobernaba, bajaría las prestaciones por desempleo.
En julio de 2012, ya con Rajoy en la Moncloa, el Gobierno aprobó una rebaja sustancial de las prestaciones. Desde ese momento, a partir del séptimo mes de paro los parados pasaron a cobrar el 50% de su base de cotización en lugar del 60% que cobraban hasta entonces. Ante la protesta sonora desde las filas socialistas del hemiciclo, la diputada del PP Andrea Fabra, hija de Carlos Fabra, pronunció aquello del “¡Que se jodan!”.
Esa reducción es una de las causas que ha reducido la prestación media que reciben los parados que aún tienen derecho a la misma, pero además, tal y como recordó Sánchez el tiempo ha hecho que la cobertura hoy esté 15 puntos por debajo de como se la encontró el PP y sólo el 54,5% de los parados que han tenido derecho a prestación la mantiene.
Ese es uno de los legados de la legislatura que el Gobierno entrante tendrá que solucionar, el alto porcentaje de parados que tuvieron trabajo, lo perdieron y siguen buscando más de dos años después.